Todo parece encaminarse a un final más que evidente. Ahora bien, me sorprende que nadie se haya parado a pensar en medidas para que todo esto mejore, y os cuento a lo que me refiero. Los comercios no venden porque se han negado a rebajar sus precios, a poner un día a la semana un descuento del 10%, a facilitar las ventas a traves de tarjetas de amortización, a ampliar sus horarios de atención al cliente para fomentar el empleo, a cambiar la forma clásica de venta y dar un refresco al aire viciado de sus negocios. Las tiendas de barrio agonizan por la competetitividad de las áreas comerciales, difícil solución tiene la cosa, los alquileres antiguos tienen fecha de caducidad, pero también es comprensible que los arrendadores quieran cobrar por sus locales lo que legalmente les corresponde y que las rentas ancladas durante décadas desaparezcan.
Los mariscadores, estos me traen un poco por la calle de la amargura porque todos los años en estas fechas, cuando se abre la campaña de la vieira o del centollo se quejan de que no hay suficiente cantidad, la que hay es pequeña, está floja, aunque después en la lonja se disparen los precios como si el resto de los humanos no sufrieramos la misma crisis. Me parece excusas baratas para hinchar los precios aprovechando la cercanía de esas fechas en las que no probaremos a la familia de los más delicados manjares del mar. Señores, que las carteras de sus compradores están más que vacías, tan vacías como las suyas. Y esto me lleva a que no cenaré centollotampoxo este año.
Los mariscadores, estos me traen un poco por la calle de la amargura porque todos los años en estas fechas, cuando se abre la campaña de la vieira o del centollo se quejan de que no hay suficiente cantidad, la que hay es pequeña, está floja, aunque después en la lonja se disparen los precios como si el resto de los humanos no sufrieramos la misma crisis. Me parece excusas baratas para hinchar los precios aprovechando la cercanía de esas fechas en las que no probaremos a la familia de los más delicados manjares del mar. Señores, que las carteras de sus compradores están más que vacías, tan vacías como las suyas. Y esto me lleva a que no cenaré centollotampoxo este año.
Los funcionarios, vamos un poquito con ellos, los hay de muchos tipos. Conozco a unos ante los que me quito el sombrero, otros a los que su puesto les hace creer los mismísimos dueños de todas las administraciones, los hay que trabajan a turnos de semana, otros los fines de semana, los festivos y fiestas de guardar, e incluso los que hacen de su turno de 7 horas unas vacaciones diarias. Si se me ocurriera decir que los sueldos deberían de cobrarse por horas reales de trabajo y que estoy de acuerdo con el cumplimiento de las horas de trabajo al dedillo, más de uno me fusilaría a la vuelta de la esquina. Me da igual, en un país demócrata tengo todo el derecho a expresar mi opinión personal y ahí lo dejo.
Y ya puestos, las grandes superficies comerciales deberían de potenciar las compras con medidas anticrisis, atrayendo clientes con ofertas, sorteos, regalos,y también con un poco de alegría, por dios, que les falta cascabeleo por todas las esquinas. Que estamos en un momento en que la gente la necesita, que sólo les interesan los beneficios, que no piensan en que sus tiendas están vacías porque se mantienen inalterables año tras año, ajenas a la decrépita situación social. De verdad creen que poniendo dos guirnaldas y tres lucecitas, la gente se liará la manta en la cabeza y romperán sus cerditos para comprar en sus locales?. Creo sinceramente que se engañan ustedes e intentan hacerlo con los demás.
Los cines, !!ay los cines!! que por una hora de distracción intentan ingresar más de lo que cobra un policía o un bombero por jugarse la vida en ese mismo tiempo. Estamos locos o hemos perdido el rumbo?.
Los cines, !!ay los cines!! que por una hora de distracción intentan ingresar más de lo que cobra un policía o un bombero por jugarse la vida en ese mismo tiempo. Estamos locos o hemos perdido el rumbo?.
Y si probaramos con precios adecuados a la situación actual, precios populares que llenaran las salas de parejas, pandillas y familias, horarios especiales, algo que nos hiciera olvidar durante una hora esta sensación de ahogo comunitario. No sé, son sólo pensamientos en alto, a lo mejor aplicables si intentamos no asfixiar la paupérrima economía de un país que poco más puede dar de si. Buena noche.
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