martes, 29 de agosto de 2023

TU CHARLA

¿Recuerdas cuándo te dije que en cuanto llegara a las diez mil lecturas, haría público el blog?. Pues olvídate de eso. Y no, no me da vergüenza que las personas que lo lean descubran quién está detrás de la historia. No creo que encuentren grandes pensamientos, sí quizás reflexiones de momentos un poco abstractos. Lo he estado pensando y es que lo que me pide el cuerpo son mil entradas más, fíjate tú.

Tú fuiste uno de los primeros en conocerlo, aquel día me armé de valor, estaba en un congreso, hacía calor, mucho calor,y yo, ya sabes que cuando me tomo dos cervezas me vuelvo una "boca loca"... , y tú tiraste hábilmente del hilo, yo me dejé liar, bla bla bla, y todo aderezado con tu labia envolvente, hizo que sin pensarlo te mandara el enlace a estos pensamientos tan locamente personales. Recuerdo que dije: "a la una, a las dos y a las tres"..., ya no hay vuelta atrás.

 !!!!!Ahhhhh, qué vergüenza!!!!!, quise que la tierra me tragara entera, hasta mi propia sombra. Un sofocón de calor por todo el cuerpo, una mordida de uñas nerviosa, un tiempo de reflexión en tenso silencio, y me silencié en tu llamada imaginando, visualizando como te tapabas la boca con las manos para que yo, al otro lado, no escuchara la temida y explosiva carcajada.

Entré en el bar, agarré la caña y le di un soberano sorbo, uno de esos absurdos que acaba provocando que la cerveza baje a la misma velocidad que sube el gas (de primero de física, lo sé), los ojos enrojecidos y la gente con la que estás, pensando erróneamente que tu reacción  responde quizás a las lágrimas  reprimidas porque tu marido acaba de decirte que le ha comprado un gato al niño, él que juró  amarte y escucharte hasta que la muerte os separara, pero que aún no se ha enterado de que su hijo es alérgico al pelo del animalito  en cuestión, o cualquier cosa así, yo que sé..., sólo era el gas de la cerveza saliendo por los lacrimales, sólo eso.

!Ay, perdón querido, te he dejado con la palabra en la boca, es que se me están quemando las lentejas!. Sí, ya sé que cocinar lentejas a las once de la noche no es muy normal, me lo has dicho mil veces, pero es que no he tenido tiempo y mañana tengo fisioterapia, se me lía todo y sino, acabaré haciendo los macarrones con tomate de siempre. Además, sabes que ya no uso reloj, que más da la hora que sea ...

Por cierto, no te he contado, me he descargado un tutorial para hacer fotos a la luna, lo tenía desde hace unos días y hoy me he parado y lo he leído a conciencia. Esto viene  a cuento porque se me han quemado un poco las lentejas (a quién no), he abierto la ventana de la cocina y ahí en frente, como puesta para mí, estaba tu luna. He corrido hacia el salón y no te lo vas a creer, ni un tropezón, los dedos de los pies enteros, no me he caído.

Me lío, bueno, total que he cogido el móvil, lo he configurado como decía el tutorial, he enfocado a la luna y me ha salido perfecta. A ver, ummmm, hice todo lo que decía el manual que debía hacer: parámetros, oscuridad, fijar la imagen y de primera impresión, todo perfecto. Demasiado perfecto me parecía cuando vi que la luna estaba en cuarto creciente y la que fotografié era una luna llena. Te juro que a veces parece que los astros se conjuran contra mí, menuda sensación de torpeza, estoy empezando a pensar que últimamente hago demasiadas cosas absurdas en tiempo record...

 !!!Qué mal, qué mal, no te lo vas a creer, menudo error!!!. Pues nada, que al darle al zoom me di cuenta del pequeño, minúsculo , inapreciable error para el ojo humano. ¿Te puedes creer que aquella luna llena tan perfecta, fotografiada con tanto esmero no era más  que la imagen de una farola de la casa negra de enfrente, esa tan horrorosa, la que decías que tenía un punto tétrico. Así como te lo digo, "un plagio de luna" por culpa de la vecina y su manía de encender las farolas en noches de luna llena. Total, que no ha podido ser hoy, qué  rabia, pero no te preocupes, mañana lo intentaré de nuevo aunque tenga que manipular su cuadro eléctrico.

Espera un momento, creo que tengo que cambiar las lentejas de tartera, siempre me pasa lo mismo, siempre se me pegan, que manía oye. Vuelvo ahora, espérame, eh.

Ya estoy aquí. Todo arreglado en la cocina, bueno, menos el desorden que dejan mis hijos. ¿Te acuerdas cuando te decía que ellos dos eran mis motivos y que mi vida, si no estaban a mi lado, no tenía sentido?. Pues siguen siendo mis motivos pero creo que fui un poco exagerada con la afirmación, o por lo menos no me hacen sentir en este momento tan necesitada, sobre todo me apetece  hablar con alguno y me espetan: "mamá, no ves que estoy en medio de una partidaaaa". Cuando están enfermos, tienen miedo o necesitan algo ahí me tienen, aunque esté cansada, rompiéndome la cabeza por mis problemas con la administración o pensando en qué pasará en un futuro cercano, siempre estoy ahí. Ellos no tienen la misma sensación de "falta de tiempo" que siento yo, la necesidad de que me miren y me sonrían , de que me abracen sin motivo alguno, de que hablen conmigo sin que medie un teléfono móvil con el tintineo de sus mil whatsapps, que tienen que responder de forma urgente como si la subsistencia de la humanidad dependiera de ese odioso ruidito. A veces pienso que no existe mucha diferencia entre que estén en casa o no, sólo veo dos sombras que cruzan hacia la cocina en busca de avituallamiento para volver de nuevo a "la gruta". Es inevitable mi enfado, entiéndeme, me hacen sentir que "soy transparente" para ellos, entonces me sale la vena de divorciada y les propongo que se vayan a casa de su padre, pero la comodidad les puede, aún a consta de ver mi agotamiento físico y moral cada día que pasa. "Son todos iguales" me dicen los padres de sus amigos, pero ya no me sirve, no son todos iguales, cada uno es lo que aprende y mama, y yo no les he enseñado a ser así, yo he dedicado toda mi vida a ellos, a los otros y hasta a los que no eran míos, ...,  pero ésta es una historia que no voy a repetir, ya es demasiado rancia...

Es muy tarde, pero antes de acostarme quiero que sepas de mi consciencia absoluta de que ya no estás aquí, sé que estoy "hablándote" desde el pensamiento y el recuerdo, que seguiré haciéndolo siempre (sigues siendo mi Pepito Grillo), y no porque aún esté metida en un duelo crónico (como piensa alguno que yo me sé), sino porque necesito que sigas "cubriendo" esa parte de mí a la que llamabas "imposible de alcanzar", fíjate, que tarde te lo permití. No te alejes demasiado, que sean los futuros fallos en mi memoria los que te diluyan de mis recuerdos y en el tiempo.

Que sepas que las lentejas me han salido buenísimas.

Buena noche, cielo.