miércoles, 14 de julio de 2021

ELI SE LO MERECE

Hoy es el día de mi amiga Eli. Decir que me siento orgullosa de ella es poco. Con cuánto miedo he trabajado hoy, mi cabeza con mis pacientes y con ella, he tragado saliva mientras miraba el reloj de reojo, tratando no imaginar en qué momento del acto se encontraba. 
Recibí el mensaje de su hermana a las 11:53h y no pude evitar susurrar un !!!!bien!!!.
Estaba deseando acabar el trabajo para ir a abrazarla, para sentarme un rato con su hermana y tener una charla terapéutica, de esas que necesitas más tú que ella (y es cierto, era pura necesidad para ambas).
Mi querida Eli estaba dormida, fantástica como siempre, parecía que nada había pasado. Le toqué el brazo y abrió los ojos como quién se levanta un domingo cualquiera. Las dos recorrimos nuestros brazos hasta agarrarnos la mano, aún ahora no sé quién sujetaba a quién. Me dijo que no quería llorar y le aseguré que si ella lo hacía, yo no sería capaz de evitar mis lágrimas, emoción compartida.
Y pasó lo que tuvo que pasar, que en medio minuto nos reímos, ella físicamente dolorida, yo moralmente tocada. Hasta ahora no lo he dicho, pero es que Eli es mi amiga, mi hermana, mi necesidad de tenerla cerca en nuestros buenos y en los malos momentos, desde hace años, desde siempre. Con Eli he compartido felicidades enormes, tristezas infinitas, carcajadas inolvidables, amigos para siempre, silencios a gritos.
No, no quería que se quedara sola esperando, casi necesitaba más yo acompañarla, que ella aguantarme al lado de su cama. 
Sé que a veces tengo un carácter aparentemente duro, y aún siendo mantequilla derretida, necesito trasmitirle fuerza, soplarle en su alma para que saque de su interior la energía que va a necesitar en los siguientes meses.
¿Y sabes, Eli?, puedes apoyarte en mí siempre que necesites un empuje, cuando necesites hablar, llorar, gritar o reír, sabes que aquí estaré, queda escrito, lo prometo, te lo juro amiga.
Mañana iré a cogerte de la mano de nuevo, sé que tienes muchas manos a las que agarrarte, pero la mía será una más, casi por puro egoísmo, porque yo también lo necesito y sentir esa seguridad.
Descansa, mi querida amiga, el paso que has dado hoy ha sido gigantesco, lo que queda será también duro, pero entre todos te vamos a llevar en volandas hasta una vida bonita, que es lo que te mereces.
Buena noche amiga, buena noche hermana.