sábado, 11 de octubre de 2014

¿TU ME JUZGAS COMO MADRE?. !!!JA!!!

Enfadada no es la palabra, quizás asombrada sería más acertada. Hoy, una persona muy cercana por amistad me dedicó varias frases que me dejaron perpleja. Pero hubo una, que jamás me hubiese esperado de esta persona: "no eres tan buena madre como tú crees". Me gustaría contaros un poquito de mi vida para que vosotros opinéis si esta persona me ha juzgado de una forma certera.
Tengo dos hijos, dos fantásticos hijos de 10 y 14 años, vaya eso por delante.
Hace 15 años me quedé embarazada de mi hijo mayor. Debido a una enfermedad crónica, fue un embarazo de alto riesgo, con sus miedos, sus lágrimas y sus risas. Aún así, fue un embarazo bueno y bonito . Por fin nació mi hijo, un parto corto pero difícil. No importó, mi niño estaba bien. Diez días después mi pequeño se puso muy enfermo de una enfermedad neonatal. Lo llevamos al hospital, el pediatra de guardia nos llevó a una sala para decirnos que estaba muy grave, que era tan pequeño que casi no tenía defensas. Debía ingresar, le di un beso en la frente mientras lo mecía en mis brazos y llorando se lo di a una enfermera que se lo llevo a la UCI neonatal. Era de noche y una auxiliar me dijo que no me quedara en la sala de espera, que me fuese a casa a descansar porque hasta mañana no me dejarían verlo. Fue la despedida más terrible de mi vida, no sabía si mañana mi niño "estaría" o no. Tenía una sensación indescriptible. Durante los 15 días siguientes acampé en la sala de espera durante 14 horas al día, en mis manos los patucos de mi niño, que olía una y otra vez. Recién parida, con las hormonas revolucionadas y una angustia infinita. Yo no soy creyente, me fui a la capilla del hospital e hice un trato sin levantar los ojos del suelo. Mi hijo se curó.
Al mes mi madre, una mujer joven y necesaria para mí, se puso muy enferma, sin cura ni tratamiento. Hicimos turnos maratonianos entre mis hermanos para estar con ella hasta el final. Ocho meses en el hospital, inimaginable el dolor, la pena, el desgaste...

Cuatro años después nació mi segundo hijo, otro parto corto, muy bueno. Con tres meses  hizo una convulsión atípica y después de algunos estudios se le diagnosticó un problema que trató neurocirugía durante dos largos años. No podía más. Ahora él está bien, eso es lo importante.
Mis hijos fueron creciendo, mientras yo trabajaba, llevaba una casa y adaptaba mis turnos de trabajo a sus actividades. Estudié una oposición sentada en las gradas de un polideportivo mientras mis hijos practicaban su deporte favorito . Estudié en el coche mientras esperaba a que mi hijo mayor saliera del colegio, cuando salía de guardia después de trabajar toda la noche, me ahogaba en café para aprovechar las mañanas, hacía la comida con los apuntes en la mano...
Aprobé la oposición con una buena nota y conseguí un puesto de trabajo fijo en mi ciudad.
Mi padre falleció en este período. Y mi mejor amiga, mi niña, mi hermana, "se fué" en un accidente de tráfico sin tiempo para decirle que la quería.
He educado a mis hijos lo mejor que he podido y creo que no lo he hecho mal. Son muy buenos estudiantes, correctos, educados y deportistas. Tienen un corazón hecho de mucho cariño, son buenos, sensibles, muy buena gente.
Cuando ya no puedo con el cuerpo me tumbo en mi sofá verde, y rápidamente se encaraman pidiéndome mimos. Para ellos, siempre. Les he enseñado a decir "te quiero" con normalidad y jamás se acuestan sin mis besos y sin decirnos "te quiero, yo también".
No seré la mejor madre, eso seguro, pero he intentado educarlos lo mejor posible. Y creo que he criado dos bellas personas, de los que me siento terriblemente orgullosa.
Así que, mi querido examigo, estoy convencida de haber educado de forma correcta a mis dos motovos. Creo que te has confundido de argumento. Te recomiendo no dejarte llevar por el rencor y que pienses bien tus palabras 
antes de vomitar idioteces como las que has dicho. Te pierde la lengua. Buena tarde.

1 comentario: