lunes, 11 de mayo de 2015

ELLAS

Será la edad, no lo sé, pero cada día te enteras de nuevas personas, amigas de amigas, conocidas, de vidas que comienzan una lucha difícil, que cambian sus prioridades por una batalla injusta y dura. Me resulta muy difícil escribir este blog, yo me entiendo, pero lo voy a hacer por mi, por ellas, por todas. Malas noticias, lo saben antes que nadie, lo notan, pero necesitan la confirmación, la maldita confirmación por ese desconocido de bata blanca. No es justo, lo sé, lo comparto, yo tampoco lo entiendo, no me gustan las guerras y esta me enfada, y mucho. En mi trabajo he visto diagnósticos terribles, he visto ojos que han buscado los míos para un por qué, he abrazado cuerpos asustados, agarrando manos heladas, acariciado espaldas intentando trasmitir calor a cuerpos lívidos de miedo. No quiero desviarme del tema.
Heroínas, valientes, luchadoras, grandes, fuertes, guapas, bellas por donde las mires, sensitivas, con los piés en el suelo y sus mentes en la esperanza, corazones de algodón rosa, risas suaves, tenues, dulces. Déjalas hablar, cállate, aprenderás. Si alguien puede hablarte de la vida son ellas, escúchalas, aprende, empápate, deja que sus palabras entren en ti, siéntelas. Tómate un café con ellas, saborea, huele, fíjate como agarra la taza caliente con sus manos, la acaricia, eso parece.
Cuando te hable mírala, empápate de sus palabras, de sus gestos, de su sonrisa. Pronto empezará la batalla, y ella necesitará de ti, de tu apoyo, de tus palabras, de tus abrazos, de tu presencia.
No las dejes. No las dejes nunca.
Buena noche.

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