jueves, 10 de septiembre de 2015

PALABRERIA

Altas horas de la noche en las que el sueño se ha olvidado de aparecer. Otra vez se repiten las historias en las que los ojos no se cierran, las bocas se olvidan de los bostezos, donde la mente revuelve los recuerdos para despertar aquellos sentimientos no tan olvidados como a veces creímos. ¿Puedes esperar un poco a que mi corazón se sosiegue?, ¿puedes dejarme coger aire antes de que mis decisiones me atropellen?, ¿puedes volver cuando todo el tiempo haya pasado?.
¿Pero es que no hay manera, no hay forma de que el recuerdo olvide?. Que gran mentira, que negación más verdadera, que rencor  más acogedor, que frío más cálido, que despecho más tierno...
La sensación de pasar de largo siempre de aquel lugar al que nunca llegaste, o sonreír ante aquella situación cómica en la vida de otros, esa mueca que se refleja en aquel cristal que jamás existió pero que un día cayó roto a tus pies...
Quiero mirar de frente, ver en carne, no me vale el recuerdo, no puedo oler, respirar, tocar la mirada, no quiero olvidar su voz, maldita noche la de hoy.
Se acerca noviembre, como siempre silencioso pero cargado de todo lo que rasga y duele, odioso mes de cada los años, ¿no podrías olvidarte de venir esta vez, no te importaría pasearte por otras mentes menos arañadas, podrías desparecer si no permito que te metas en mi recuerdo?. Que inútil...
Y aunque no pueda ser, me quedo siempre junto a tí, porque es dónde me gusta hacerme un ovillo, el sitio donde mi risa se desenfada, el lugar en el que nada me duele, el espacio dónde se esconde mi sueño, dónde quiero imaginar que tú vuelves...
Ahora que cada uno interprete a su antojo. Poned orden a mis palabras. Intentad buscar el sentido a estas frases incoherentes e inconexas. Tan fácil y tan dificil como conocer lo más profundo de las personas. Buscad, desordenad y ahí estará el significado de todo este barullo de sentimientos. Buena noche.

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