Hoy me he metido en Instagram a echar un vistazo, un poco nostálgica quizás, y me he
encontrado una imagen de mi hijo mayor junto a un amigo. Mi hijo y yo, dicho sea de paso, llevamos una época de discusiones y desencuentros, y hoy escribió a pié de foto lo
siguiente:
"Cuando todo parezca nublarse,tu amistad me ayuda a ver con claridad. Cuando los problemas agobien, sé que en tí puedo confiar".
Su amigo le contestó,"te quiero, tío".
Siempre he intentado educar a mis hijos en el cariño y respeto hacia los demás. Les he inculcado que los sentimientos no sólo se demuestran, sino que hay que reciclarlos día a día, y decir te quiero, te aprecio, aquí me tienes, no me busques porque siempre estaré... con palabras, y en voz alta para que no haya dudas y siempre de frente, para que la persona que te necesite sepa que tú estás ahí.
Hoy me ha demostrado que ha entendido mi mensaje. Te quiero Guille.
"Cuando todo parezca nublarse,tu amistad me ayuda a ver con claridad. Cuando los problemas agobien, sé que en tí puedo confiar".
Su amigo le contestó,"te quiero, tío".
Siempre he intentado educar a mis hijos en el cariño y respeto hacia los demás. Les he inculcado que los sentimientos no sólo se demuestran, sino que hay que reciclarlos día a día, y decir te quiero, te aprecio, aquí me tienes, no me busques porque siempre estaré... con palabras, y en voz alta para que no haya dudas y siempre de frente, para que la persona que te necesite sepa que tú estás ahí.
Hoy me ha demostrado que ha entendido mi mensaje. Te quiero Guille.
Y mi otro yo, lleva días levantándose a las mil y metiéndose en mi cama muerto de frío. Lo hace como escapando de algo, buscando el calor de forma insistente, el contacto de la calidez. Me acerco a él y lo abrazo, y en segundos su respiración se templa y se relaja. No sé quien necesita más ese contacto, si él o yo misma.
Me gusta lo que he parido, dos hermosas personas que transmiten sentimientos hasta el escalofrío. Alguien me ha dicho alguna vez que es todo un logro haber sabido transmitir a mis hijos lo que siempre he echado yo de menos. Sólo quiero que nunca carezcan de "los te quieros", que no tengan hambre de abrazos, que sepan tan solo mirando a los ojos de otra persona que existen necesidades más allá de las básicas, que el silencio a veces calla penas horribles, que hay días de te necesito y de estoy aquí...
Hoy los miro, los admiro, el mérito no es mío, es exclusivamente suyo. Ellos han dejado abierta esa puerta a veces tan recóndita, tan lejana, y ese espacio es por dónde han dejado pasar todo lo bueno que tienen dentro. Me siento orgullosa, me hacen respirar hondo, los miro y sonrío. Buena noche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario