sábado, 28 de mayo de 2022

EL OLIVO DE CAMINO

La vida es una mezcla de sensaciones maravillosas, crueles, dulces, demoledoras, suaves, hirientes, mágicas, oscuras..., y todas estas sensaciones generan sentimientos diferentes en cada uno de nosotros, aunque a veces compartidos. La posibilidad de que dos amigas pasen una desgracia familiar el mismo día, aunque hayan transcurrido muchos años entre dicha situación, acorta las posibilidades. Pues esto que os voy a contar pasó entre dos personas que un día se cruzaron por azar en el trabajo y de dónde surgió una amistad que creo a pies juntillas, durará toda la vida. Porque la amistad no significa contarle a la gente que menganita o fulanito es unos de tus mejores amigos, la amistad es aquella que, aún pasando muchos años desde el último encuentro, se mantiene un vínculo tan intenso, que hace que el tiempo se haya borrado y continúe el cariño, el aprecio y la unión entre ambas personas.
Volviendo a la vida, a todos nos ha puesto en algún momento al borde de un precipicio, en alguna situación en la que parece que el destino sólo quiere jugar con nosotros a algo que nos atemoriza o que nos hace mucho daño. A veces pedimos ayuda a especialistas, y perfecto si estos son capaces de "sanar" ese mal momento. Otras veces recurrimos a algún amigo cercano y le contamos lo qué nos está ocurriendo, también respetable. Y otras, el azar, el destino o lo que sea, hace que esa amiga a la que no veías desde hace muchos años haga una llamada casi mágica y te diga que viene a verte. 
Ella es mi amiga, mi niña desde hace mucho tiempo, y es como si tuviera la muy "joía" un detector de "te necesito". Hablamos toda la tarde, le conté, me escuchó, respetó mis silencios, agarró mis manos cuando mi voz se entrecortó, me abrazó cuando se dio cuenta de que lo necesitaba.  Me repitió varias veces, con esa sonrisa dulce de siempre , que se sentía muy honrada por la confianza que depositaba en ella para contarle mis devenires, la montaña rusa en la que estoy subida. Y no, mi querida niña, no te sientas honrada, en tal caso yo te doy las gracias por seguir en mi vida, por hacer que el tiempo afiance una amistad muy bonita y muy necesaria creo que para las dos. El destino quiso que nuestras vidas coincidieran en momentos muy bonitos y en otros tremendamente dolorosos por ambas partes. Sé que debemos quedarnos con lo que nos hizo reír, pero en nuestras vidas están los 28 de mayo que hacen que mi corazón se acuerde de tí por ese nexo del que no hace falta que te diga más. Hoy quería escribirte unas palabras en este blog, unas palabras que te transmitieran calidez, ternura y paz, Quiero que sepas que hoy te tengo más cerca que nunca, a tí y a los tuyos, y por añadidura a los míos. Si pudiera juntar dos estrellas en el cielo para que las vieras esta noche, sé que nombre les pondría. Las dos serían tremendamente hermosas y brillantes, una de ellas tendría un lápiz y un bloc de dibujo a su lado y la otra, el olivo que se trajo cuando regresó a su tierra. Sólo decirte que te quiero en mi vida, que hoy te mando un abrazo de templanza y que me siento en el deber de darte las gracias por ser como eres . Suelo acabar mis entradas en el blog con un "buena noche", hoy la finalizaré con una dedicatoria a tú hermana: El olivo de Camino. Un abrazo al cielo.

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