Pues así nos sentimos a veces las mujeres mayores de 50 años, que no estamos para una ensalada pero !!JA!!, hacemos un guacamole tan estupendo que ningún aguacate verde de piel lisa es capaz de hacer ni echándole gracia al asunto.
Hablo muchas veces con mis amigas, todas ellas de edad similar, hablamos del paso del tiempo, de la puñetera cadera que no para de doler, que con las gafas de sol puestas no oímos bien, que mientras le doy un trago a cervecita me sube una pompa de gas por el esófago que me corta la voz o me hace pensar que estoy sufriendo un infarto patético , que lo de los acúmulos de grasa en ciertas partes del cuerpo son jodidos porque para rematarla le llaman monte, como si no pudieran ponerle el nombre de valle o llanura, no, tuvo que ser monte, y esto hace que divague si se ajusta a la ley de limpieza de fincas cercanas a las viviendas...Va a ser mejor que no siga la conversación por estos derroteros...
Tengo 53 años, con un exterior bastante decente, con una labia heredada de madre que me ayuda a vivir la vida con un gran optimismo, a pesar de sufrir el Síndrome del aguacate y de no poder hacer un guacamole perfecto en este momento. Lucho lo que no podéis imaginar, gasto mi interior en ganar fuerza, y si no puedo ser aguacate, !!!!pues que la vida me haga melón!!!!. Con Jamón. JA. Buena noche.
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