viernes, 16 de octubre de 2015

MIL PALABRAS

Mil palabras en la mente, las que me acompañan. Palabras que acarician y arañan en un mismo día, que consuelan y hieren en aquella maldita frase, las que curan y enferman en un mismo momento. Las que prometen y apartan en la misma conversación, las que aman y odian de la misma forma. Palabras que abrigan y desnudan los cuerpos deseados, las que provocaron una sonrisa y un llanto aquella tarde. Las que hablaban de futuro quedándose en el pasado, las que provocaron un sueño innecesario para convertirlo en una pesadilla. Las que esperanzan rompiendo la piel en cada deseo, las que se acompañan de miedo por no querer olvidar el ayer ni el mañana, las palabras que prometian verdades a medias, las que no acaban de decir todo lo cierto, las que adivinaban los deseos que nunca eran. Las que le invitaban a entrar en una vida que no era la suya, las que murmuraba mientras acariciaba aquellas manos que siempre se escondían, las que le hacían cerrar los ojos mientras le susurraba al oído. Las del último aliento, las del  adiós, las del no me dejes nunca, las del me tengo que ir, las del final. Aquellas que le hicieron volver a creer en algo que creía olvidado, perdido, aquello a lo que pensaba que ya no tenía derecho, aquellas que retumbaban en sus oídos todas las noches, las que le decían que se dejara llevar, que confiara, que se acurrucara allí, en su rincón seguro, las que le acariciaban el cabello mientas los susurros le hacían desvanecerse, las que estaban cargadas de vida, sosiego y dulzura. Las que hieren más que el propio dolor, las palabras mudas acompañadas de silencios eternos, las que hacen temblar hasta los muros más sólidos, las que provocan una lluvia de lágrimas que juran nunca más. Aquella letra de la canción que le hizo creer suya, y que sin embargo ya tenía dueño, la que escuchó una y otra vez intentando encontrarse entre aquellas cuerdas, la que le hizo soñar un día una media verdad llena de  música y quedó reducida a un sueño fugaz. Palabras que construyeron aquella historia de la que ahora vive cada día, de su sueño mágico del que no debería nunca despertar. Mil palabras que eran sólo suyas. Buena noche.

No hay comentarios:

Publicar un comentario