lunes, 22 de noviembre de 2021

TE ENCONTRÉ

 Qué razón tenías cuando decías que aquella persona que tú y yo sabemos era un niñato malcriado y antipático. Seguro que a estas alturas ya te habrías endemoniado conmigo allá en tu cielo por haberme puesto en contacto con él. Sólo quería que me dijera dónde encontrarte, estoy muy cansada de buscarte, de pedir información a personas que no conozco de nada, dándole los mínimos datos, preservando al máximo tu intimidad, tragando lágrimas como mares, colgando el teléfono siempre con amarga tristeza. Esa persona que se encargó de tí cuando te encontraron, arrojó a mi herida puñados de sal que me dolieron como puñaladas, no me permitió llamarle para que me contara qué te había ocurrido, qué tal pasó, saber dónde podía encontrarte para poder despedirme, procesar mi duelo, para que le diera a tu padre una foto tuya reciente, para poder enfrentarme a la realidad que me permita seguir la vida. Me imagino sus palabras: ¿y ésta qué quiere?, ¿pretende llevarse tajada?, será igual que él, ¿por qué aparece ahora?, ¿qué pretende, entrar en la familia?...

Ruin, no se me ocurre una mejor definición para él. Ojalá no pierda un día a la persona que ama, ojalá no tenga que enterarse por la prensa, ojalá que nadie le niegue la información que necesite para encontrar su cuerpo, ojalá que nadie le bloquee el teléfono cuando sólo necesitaba hablar con él cinco minutos , ojalá que la vida se porte con él cómo lo ha hecho él conmigo, ojalá...

Sabes, no me arrepiento de haberlo hecho, de haber intentado comunicarme con él, me ha servido para darme cuenta de que realmente tenías razón, que no exagerabas cuando me contabas ciertas cosas que yo intentaba suavizar, cuando te decía que eras poco tolerante y que la visión que tenías era equivocada. Cuanta razón tenías, pequeñuelo.

Pero sabes, me he cruzado en tu búsqueda con personas buenas que me han ayudado a encontrarte, que me han escuchado, que han mantenido respetuosos silencios mientras les pedía un momento de respiro en el que no podía reprimir el llanto, para retomar de nuevo la conversación cuando me volvía a salir la voz, que me han consolado, que han mostrado la empatía de la que carecen los innombrables familiares que por desgracia te han tocado . Diez minutos tardó la última persona con la que contacté en devolverme la llamada cuando me dijo que intentaría ayudarme, diez minutos para darme las respuestas que yo no encontraba y tu hermano me negó. Tardó más tiempo el malcriado en bloquearme en su teléfono, sin saber lo que necesitaba de él, que en contestarme un ser humano desconocido.

Y ahora sé dónde descansa tu cuerpo, y podré ir a despedirme para cerrar un duelo que me está matando. Seguirás siempre a mi lado, me lo prometiste, recuérdalo. Te seguiré esperando "dentro de diez minutos en mi sueño" y no habrá pandemia que nos separe jamás. 

Te seguiré buscando cada noche en la luna o en la estrella más brillante y te mandaré un beso. Y cuando la noche esté nublada, te soñaré. 

No voy a contar más, no quiero decir nada que sea inhumano, no voy a desear lo que se merece, porque sería una mala persona, como él lo ha sido conmigo . Espero que la vida le sonría y que sea muy felíz, tanto como lo hizo él conmigo. Ahora ya no estás, ya no les molestarás jamás, podrán borrar tu nombre de sus vidas y disfrutar de lo que ignoraban que ya habías rechazado en vida. Larga vida les dé el destino y que sea tan oscura como cada una de mis noches.

Te quiero para siempre, mi vida. Besito, pequeñuelo.

Buena noche al resto del mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario