domingo, 4 de junio de 2017

LONDRES Y YO

Hace tanto tiempo que no escribo...quizás por no delatarme, por no querer demostrar lo que no quiero que se sepa, quizás por "esconder" mis sospechas. Pienso en mi vida, sí, a diario, cada etapa que he pasado, cada pena que he vivido, cada alegría de la que me he olvidado. Quizás mala suerte, quizás estaba escrito en el diario de mi vida, quizás alguien pasó algo por alto, maldita sea. A unas horas de disipar una duda que me está matando, me encuentro en una situación de indiferencia ante un futuro próximo. No, no es que me dé todo igual, es como si el tobogán por el que me deslizo fuese tan resbaladizo que sería un gasto inútil de energía intentar frenar. Me resultaría más fácil dejarme caer y ver que hay al final del descenso. Acepto lo que haya, estoy demasiado cansada para plantearme por qué, demasiado hastiada para pensar en un pasadomañana que me agota sólo con imaginarlo. Y eso no significa que tire la toalla, no, ni hablar, sólo que necesito tiempo para que las cosas transcurran por una vía natural, y ver lo andado y las cosas desde la distancia. Pienso que he tenido una vida que quizás no me he merecido, eso si lo pienso egoistamente. Pienso que he hecho lo que he podido para solucionar los problemas de los demás, que he luchado lo impensable por mis hijos, que siempre que alguien me ha necesitado he corrido para estar en la primera fila de su alivio y conseguir su bienestar. He mantenido todos mis sentidos en alerta para que nada se me escapara, he cuidado de mi casa, a mi familia, a mis amigos, a mis pacientes...
He mantenido un luto invisible para muchos, he llorado en silencio y sin lágrimas, he gritado sin producir ningún sonido, sólo para que nadie supiera lo que que me dolía y cuánto lo hacía.
Y siento miedo, como lo tendría cualquier persona en mis zapatos. Ella me dice : "no sé cómo lo haces, yo me volvería loca". Y no lo hago, mi querida amiga, sólo dejo que el tiempo transcurra, y con él el temor, porque si lo dejo correr es imposible pararlo, como la corriente al abrirse una puerta hueca y así imagino que pasará de largo.
Ultimamente pienso en que he vivido lo que me ha tocado, tanto bueno y tanto menos, pero lo que me tenía preparado el destino. A la pregunta de si tengo miedo, la respuesta es NO. Ojalá la vida me tenga preparada gratas sorpresas, pero también estoy preparada para cargar con mi maleta a pesar de no haber reservado este billete. No me gustaría, pero sí lo haría si no tuviera más oportunidades. Si me preguntas que deseo pediría antes de irme, no podría pedir uno, por derecho debería dejar varios deseos en el aire escritos, pero el primero sería para mis dos hijos, para que la vida los proteja, para que vivan el amor con sus amores elegidos, para que puedan abrazar a sus hijos como lo he hecho yo con ellos, para que envejezcan al lado de sus personas amadas, que lo poco y bueno que les he enseñado lo transmitan con la misma ternura con la que yo lo he intentado...
Aún pecando de contradictoria, me gustaría sentir sus vivencias, quizás por el egoismo de madre, quizás por llevarme ese sentimiento en mi maleta. Sé que allá no voy a estar sola, hay demasiadas personas pérdidas a las que echo mucho de menos, hay demasiados abrazos que han quedado pendientes, hay demasiadas almas que añoro...
Hoy no es un buen día, estoy escuchando las noticias de otro absurdo atentado que ha llenado las calles de Londres de vidas perdidas. Hablan de números, tan despersonalizado, tan poco valorados. A estas horas hablan de siete víctimas, así de frío, sin pensar en las familias, amigos, compañeros que aún no habiendo perdido sus vidas, han visto como su normalidad ha sido atacada a acuchilladas, si no cortantes, igual de hirientes.
No quiero religiones que maten, no quiero dioses llenos de sangre, no quiero muertos ni familias heridas para siempre, no quiero irme, no quiero dejar a los míos, no quiero si debo hacerlo, irme con miedo. Buena noche, aunque ni la vida ni el terrorismo nos lo permita hoy.

3 comentarios:

  1. Tienes todo el derecho del mundo a querer lo que quieres y a no querer lo que no quieres. Sin disculpas ni a ti misma ni a nadie. No hay ni una sola palabra de las que has escrito que no me parezca justa. Te mereces lo que pides y mucho mas. Sabes bien quienes estamos contigo y en los pensamientos de quienes estarás tú siempre. Pero no te preocupes, si por casualidad en ocasiones te olvidas, estaremos para recordartelo. ¡Siempre adelante, siempre fuerte! Un abrazo, Julia.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Juan.Gracias Isa.Tengo mucha suerte de teneros cerca.

      Eliminar