Dicen que se ha acabado la guerra, que han pactado la paz.
Después de que toda una población tuviera que huir de sus ciudades durante dos años, sin encontrar un lugar dónde sentirse seguros en Gaza, sin comida, sin servicios básicos, sin abrigo, sin descanso, sin vida,..., un mar de víctimas de una guerra vengativa se han encontrado en medio del odio y buscan entre las ruinas lo que queda de sus ciudades, que es nada...
Imágenes de personas llevando sobre sus espaldas todo lo poco que les queda, intentan volver "a sus hogares", los que ya no están, los que han sido borrados del mapa y en las cuales, ni su propio barrio reconocen. La dureza de cruzarse con más cuerpos extenuados que buscan y no encuentran a nadie, a sus vecinos, a sus amigos, a su familia..., todo ha sido aniquilado...
Madres que ya no son, hijos que ya no son, maridos que ya no son, familias que un día fueron...
La crueldad de una guerra no se vive en el momento en que cae una bomba sobre una escuela, un hospital o una iglesia en la que personas como tú y como yo buscarían refugio, eso se vive en un segundo. Nos duele el estómago al ver los resultados inmediatos, el número de muertos y heridos, las ruinas humeantes y la errática búsqueda de supervivientes que ya no son..
Nos quedamos con la imagen de ese momento, nadie piensa en el mañana, en las consecuencias, en los heridos sin futuro, en cómo afrontarán al día siguiente que han perdido a toda tu familia, en cómo se sigue viviendo un duelo imposible que enlazará a la mañana siguiente con otro nuevo duelo, más cruel quizás. Sólo ellos...
Tengo en mi memoria la imagen de una niña de doce años agarrando el cuerpo de su madre, pidiéndole que se despertara ya. Mientras se deshacía en lágrimas, aún con sus manos llenas de ceniza, acariciaba con delicadeza la sábana blanca que la cubría. "Mamá, quiero morir contigo". Es desgarrador que con tan solo doce años prefiera que una bomba la mate antes de que lo haga el dolor. Han borrado la infancia, maldita guerra...
El gran jefe rubio y el gran vengador han jugado a la guerra seguros en sus casas con un gran tablero de ajedrez. Cada día hacían caer a miles de pequeños peones, miles de personas que no apoyaban un régimen terrorista, que nunca hicieron mal, personas normales que bastante hacían con intentar seguir vivos hasta el siguiente día.
Y mientras los dos "señores de la guerra" planeaban una ciudad de vacaciones anexionada a un territorio arrebatado a base de sangre y cuerpos destrozados. Pretendían construir un mal llamado edén sobre miles de ruinas que no son más que tumbas de gente inocente. Edificios vacacionales en su Austliz personal, con cimientos de huesos de quienes fueron víctimas inocentes de su juego macabro.
Hablan de paz, de retirada de tropas, de entrega de rehenes, de ayuda humanitaria en camino...
Todo llega tarde, demasiado tarde para los que seguirán muriendo mientras llega un orden sin tiempos fijados. Cada día seguirán muriendo personas que ya no son recuperables, carentes de fuerza, ni ánimo, ni ganas de llegar hasta "la reconstrucción" que han marcado sin tiempo los que han comenzado un desastre humanitario descomunal...
Creo que no digo mal si afirmó que no podemos ponernos en la piel del pueblo palestino, es imposible soportar física y mentalmente lo que han sufrido, no podemos ni imaginar la impotencia que supone no saber hacia dónde caminar para salvarse, ni el miedo que sienten cuando hacen fila para conseguir comida y agua, sin saber si ese día comerán o llorarán una nueva muerte...
No podré olvidar jamás esta guerra inútil, la injusticia de su comienzo, por qué unos terroristas sin alma torturaron, violaron, asesinaron y secuestraron a jóvenes cuyo peor pecado fue acudir a un festival para divertirse sin sospechar este atroz final...
Pocos quedan ya con vida porque la radicalidad enferma hizo enterrarlos en túneles sin luz, sin aire, sin espacio, sin comida y sin dignidad.
Dos años después "liberarán" los cuerpos de los fallecidos y de los que aún siguen con vida, una vida que les será muy difícil recuperar...
No todo Gaza es Hamas, ni todo Israel es Netanyahu. La paz fue firmada por un país "ajeno" al conflicto, que aportó armas a Israel por la puerta de atrás. Un país con un "jefe" arrogante y mal teñido, pero reconociendo muy a mí pesar, que ha movido las piezas de un conflicto y que le ha salido bien la partida. Prefiero no pensar a qué precio...
Hamas no debió existir nunca, Netanyahu debería de responder ante un tribunal internacional por los crímenes cometidos contra una población desvalida. Los rehenes y los muertos inocentes de este sinsentido son las víctimas. Los que quedan errando entre las ruinas de lo que fue su país deben ser ayudados, debemos ayudarnos, debemos ayudarlos...
También la guerra de Ucrania debe ser frenada, el ejército ruso debe replegarse, están haciendo del mundo un lugar insoportable. El mal creído "zar" debe ser tumbado en el tablero, cueste lo que cueste. Jaque mate.
Todos los conflictos bélicos que supongan una lucha de egos, deben desaparecer. Estamos destruyendo todo, ya sólo queda (y es cuestión de tiempo) que el mundo nos destruya a todos nosotros.
Quiero pensar que ahí fuera, en otros mundos, hay vida inteligente...
Buena noche.