tag:blogger.com,1999:blog-28466152059510694212024-03-19T00:01:31.524+01:00Mil palabrasmilpalabras8.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/07343969013442638538noreply@blogger.comBlogger118125tag:blogger.com,1999:blog-2846615205951069421.post-86083851421729905422024-03-18T21:47:00.004+01:002024-03-19T00:00:59.823+01:00YADIRA<p>Crear un microrrelato utilizando un número limitado de palabras es tan aterrador como decidir si se debe continuar una amistad con condiciones, así que acepto el reto y entre ambas opciones me decanto por la primera. </p><p>" Aún no había amanecido cuando Yadira levantaba su agotado cuerpo de la cama tras apagar la alarma de los dos despertadores que cada mañana le traían de vuelta a la vida. Sin abrir los ojos, arrastraba sus pies por el suelo de la habitación y estiraba los brazos tratando de tocar con la punta de los dedos aquellas conocidas esquinas que se interponían en su camino hacia el baño. Allí se quitaba el pijama y lo dejaba caer al suelo como si de su propia piel se tratara, y a tientas intentaba adivinar aquella puerta de cristal tras la cual encontraría el verdadero despertar. Acurrucada contra una esquina abría el grifo con una mano que retiraba inmediatamente para evitar más frialdad en su piel, más de la que sentía al estar desnuda. Sin abrir los ojos se atrevía a ir mojando su cuerpo con el agua que se templaba lentamente, mientras tatareaba la misma canción de siempre, subiendo el tono a medida que el agua alcanzaba la temperatura idónea. Llegados a ese punto, era hora de meter la cabeza debajo de aquel chorro de agua y abrir los ojos a otro día del que no esperaba nada más que sus horas de luz y sombra. Dejaba caer el agua sobre sus ojos donde se mezclaba el agua dulce de la ducha con el agua salada de sus mares, todas las mañanas el mismo sentimiento de ausencia, todas las mañanas deseando salir de aquella lluvia que le quemaba...</p><p>Casi con rabia contenida, cerraba el grifo, dejando que el agua corriera de forma desvergonzada por su cuerpo hasta que su piel le gritaba abrigo. Con los ojos entreabiertos y mirando hacia sus pies, abría la puerta de cristal que la devolvería a la mañana. Cubría su cuerpo sin la sensualidad de antaño, ya no había motivos para hacerlo, ya no había buenos días, ni besos en la frente, ni la casa olía a café recién hecho. El mundo se había olvidado de que se había quedado sola en una vida nada atrayente. Un poco de crema en su cuerpo era el único olor que aún conservaba, pero sin aquellas manos que dedo a dedo dibujaban en su espalda dos palabras que la estremecían y encaminaban su cuerpo dos pasos hacia atrás para ese abrazo que tanto le gustaba. </p><p>Volviendo a la realidad se vestía sin importarle la ropa que había escogido, un pantalón vaquero, una camiseta, un jersey que no se dejase abrazar y las zapatillas de siempre. Caminaba a tientas hasta la cocina, levantaba la persiana, encendía la cafetera y apoyaba su frente en la estantería de las tazas como si estuviera pensando en que no debía pensar. Aquella estantería era parte de su pasado, allí estaba su taza y la otra, la que no quería usar por si se le rompía más la vida. Ya no habría dos cafés, ni conversaciones sobre sueños, nadie la sacaría a bailar con el ruido de la cafetera, ni pondría un plato con arándanos en la mesa. Solo estaba ella y aquel café cargado de ausencia. </p><p>Un sorbo de café, un trozo de galleta resesa, otro sorbo rápido y una mirada esquiva, eso era lo único que le quedaba en aquella cocina, prisa por salir de allí. Camina hacia el baño con los ojos cerrados para imaginar un roce, su olor, un susurro que le hiciera creer que nadie se va para siempre, pero no ocurre nada, como siempre. Se mira al espejo como si no se reconociera, tapa sus mejillas con sus manos, las mueve como si intentara cambiar sus arrugas, su gesto, su realidad. Hoy tampoco se maquilla, la misma decisión de cada mañana, un poco de colonia, se atusa el pelo y listo, nada cambiará por más que se lo proponga. </p><p>Abre la persiana de la habitación, está amaneciendo, le gusta apoyarse en la ventana dos minutos y ver como la luz disipa la oscuridad, no antes sin buscar una estrella, darse un beso en el dedo índice y apoyarlo en el cristal, algún día tendrá que limpiar todas aquellas huellas, algún día tendrá que dejar de darle los buenos días. </p><p>Es hora de irse, llega tarde como siempre, coge el bolso cada vez más pesado y las llaves. Cierra la puerta con delicadeza, como si no quisiera despertar a alguien, a nadie, a no sabe quién. Se vuelve a morder el labio odiando la rutina de todas las mañanas. Coge el coche, llega a su trabajo, da los buenos días a diestro y siniestro como si de otra vida se tratara, siempre sonríe en su nuevo campo de batalla, es otra guerra, en su otra vida". </p><p>(Yadira, nombre hebreo que significa "amiga").</p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p>milpalabras8.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/07343969013442638538noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2846615205951069421.post-34900722309874857882024-01-20T17:50:00.004+01:002024-02-11T23:48:52.543+01:00HIEL<p>Arterias, venas, capilares, todos sus vasos llenos de hiel. Quema cada frase que sale por su boca, insiste, no escucha, vomita palabras que hacen daño, mucho daño. Revuelve el pasado una y otra vez, el suyo y el que no le pertenece, todos los pasados de los que pueda sacar una amargura. Araña, hace sacar la ira, desordena vidas para pedir perdón y vuelta a empezar. </p><p>No procesa, no piensa, escupe por la boca un dolor que proyecta sobre cada persona que tiene cerca, nada ni nadie es lo suficientemente bueno, todo malo, todos malos, nadie se salva. Imposible hacer nada, vive en un círculo pegajoso, insano, nocivo y radiante a todo el que se le acerca, no quiere que le ayudes con su dolor, ni tampoco intentar calmar su ira, quiere que te duela de la misma forma en la que le duele, quiere que el corazón te salga del pecho y se haga más vulnerable a sus palabras. Quiere que en tu cabeza resuenen lamentos semienterrados, que vuelvas a sentir lo malo que no debe salir de nuevo a tu vida, por y sólo para alimentar su curiosidad enfermiza.</p><p>Hiel, bilis, amargura, eso es. No le importa esto ni lo otro, él ni ella, lo repite murmurando como si rezará un rosario de forma plañidera, hurgando profundamente y sin pudor, todo lo vuelve enfermizo. No quiere vivir, lo verbaliza, al rato lo niega, como si de un paseo se tratara, vuelve al principio para halagar y coger carrerilla para la siguiente embestida. Otra vez, es la última, lo juro. La próxima vez me aparto y dejo que se despeñe. No habrá red, ni salvación,ni consuelo, ni escucha, sólo soledad, la que busca, la que merece. Allá su conciencia ...</p><p>Se ocupa de recoger "basura informativa", no entiendo ese morbo, quiere "mal saber" todo de todos, no perderse lo más grotesco, desagradable y doloroso. Le da igual quién tenga delante, tarde o temprano, por aquí o por allá, sacará su hiel para saber algo sin un ápice de empatía, y no porque le preocupe lo pasado, sólo por el único motivo de acumular lúgubres datos para confirmarlos, aunque para ello te retuerza la piel y sepa del daño . Le da igual, para esta persona sólo eres carnaza, nada más.</p><p>Demasiadas palabras dedicadas, no se merece ni la primera letra de la entrada a mi blog.</p><p>Buena noche. </p>milpalabras8.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/07343969013442638538noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2846615205951069421.post-33963091464627257232023-10-03T10:59:00.008+02:002024-02-12T00:08:02.449+01:00PELUQUERÍA III<p>Semana crítica para mí, decisiones en las que no puedo participar, boca cerrada sin gritar que estoy aquí, que aún estoy aquí, que aún puedo, que aún soy. Nervios, murciélagos revoloteando en el estómago, una sala llena de extraños que deciden sobre mi vida, sobre el futuro y mi valía. Amigos incapaces de apoyarte, familia ocupada, compañeros que prefieren silenciar sus voces, todo con un fondo irónico a mí favor, como yo no haría si sus vidas les diera una vuelta de tuerca y cayeran de culo en el mismo lugar dónde yo me encuentro ahora. Pero no voy a gastar ni una sola palabra en ello, es más de los mismo, es como abofetearme por tener pensamientos tan reiterativos, casi vomitivos si no os molesta la comparación. Bueno, a lo que vamos, muerte a los murciélagos...</p><p>Que sepáis que he ido a la peluquería la semana pasada, discreta como siempre, si no fuera porque el collarín que sujetaba mi ya maltrecho cuello era tamaño bulldog y yo no paso de chiguagua. Creo que no me he explicado claro, resulta que cuando explotó la olla exprés, salí volando con un cuchillo en la mano y una pechuga en la otra ..., bueno, a lo que iba, que tener un mesado de piedra de pista de aterrizaje no ayuda, y claro, las vértebras del cuello frenando sobre el reborde del mesado ,..., ya os podéis imaginar, que no he vuelto a hacer vichyssoise, que me llega con encontrarme pegotillos resecos en sitios insospechados años después del incidente. Y no porque no limpiara la cocina con esmero, Dios sabe que me pasé semanas desincrustando la cremita de marras de toda la cocina y alrededores, pero cuando te pasa algo "tan explosivo", el contenido es infinitamente mayor en cantidad que el propio continente, creedme. Pues eso, que después de "los fuegos artificiales" y del viaje a la velocidad de la luz hasta frenar en el mesado de granito, siguió el "arreglo de lo descolocado", y por eso tengo que lavarme la cabeza en la peluquería con un collarín que impide que mi cuello toque el lavacabezas. Os diría que lo imaginárais, pero sé que es difícil hacerlo sin que os provoque una "explosiva" carcajada.</p><p>No quiero desviarme del tema, necesitaba a gritos un tinte, ya no podía seguir arrancándome las canas cada vez que se proyectaban como antenas, tiesas, gruesas y blancas, como si lo hicieran a propósito las muy...</p><p>Tenía que ser y allí me fui con mi hermana, el collarín, ropa de repuesto por si el lavacabezas se convertía en una catarata que hiciera que me llegara el tinte hasta el mismísimo...,"¡para!, no sigas por ahí, soy tu conciencia". Vale, vale, que no puedo quejarme, que entre la peluquera, mi hermana y la menda procedimos a la colocación del cuello-rígido- con capacidad de dar dos vueltas sobre si mismo y allí lo adaptamos entre un par de "ayyyy, esa es mi oreja" y un "afloja que me ahogo, por tu madre", que era también la misma, todo sea dicho. Así, tiesa como una mismísima bantú, me encaminé al lugar de lavado con cierto recelo porque la intuición nos decía que podía "mascarse la tragedia". Me senté en el sillón, una a cada lado, me tumbaron en bloque, apoyaron el collarín en aquel lavacabezas y !voilá!, encajó a la perfección. Llenaron todos los huecos con toallas para evitar que la temida ducha tintorrera me empapara, tres toallas en el cuello, una en la espalda y otra que sujetaba mi hermana en sus manos para evitar que la piel de mi cara se volviera marrón chocolate de por vida. Agua, champú, agua, suavizante, agua, mascarilla. Mientras mi hermana me cubría la frente, ojos, nariz y boca con la toalla que tenía en las manos. Es cierto que hubiera evitado que mi cara quedase color caramelo, pero el azul de la asfixia no hubiera quedado mas elegante en la foto de la esquela, no, no lo veo. La verdad es que se lo agradezco, pero, !!! lo de que respiro por branquias fue una broma, hermana!!!.</p><p>"¿Te doy un masaje en la cabeza?". No pude negarme, hacía tanto tiempo del último masaje capilar que con éste casi me escurro del gusto por el sillón hasta el suelo. De ahí a la silla de corte, puntas, capas a la velocidad del rayo y con el arte del mismísimo manostijeras, secado rápido sin forzar el cuello y lista. Bueno, un poco de laca para darle un aire más actual a mi estilo habitual y listo.</p><p>Me cambié de ropa, el agua no había llegado hasta dónde yo sospechaba, sólo mojó un poco la espalda. Me dirigí a pagar, la dueña del local le preguntó a su socia. "¿qué le cobro, de todo?". Respuesta afirmativa y cuando empezó a sumar "esto, más lo otro, eso también, un poco de...", me recordó a la lista del supermercado. Cuando me dijo el precio, me quedé boqueando como un pez fuera del agua y me tuve que morder la lengua para no espetarle un : "!!eeeeeh, de todo no, que el pelo lo traía yo de casaaaaa!!". Nos volveremos a ver por las canas, pero cuando suba la bolsa. </p><p>Por cierto, buen trabajo a las dos.</p><p>Buena noche.</p><p><br /></p>milpalabras8.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/07343969013442638538noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2846615205951069421.post-66660606216233006892023-08-29T03:29:00.013+02:002024-01-20T17:35:37.521+01:00TU CHARLA<p>¿Recuerdas cuándo te dije que en cuanto llegara a las diez mil lecturas, haría público el blog?. Pues olvídate de eso. Y no, no me da vergüenza que las personas que lo lean descubran quién está detrás de la historia. No creo que encuentren grandes pensamientos, sí quizás reflexiones de momentos un poco abstractos. Lo he estado pensando y es que lo que me pide el cuerpo son mil entradas más, fíjate tú.</p><p>Tú fuiste uno de los primeros en conocerlo, aquel día me armé de valor, estaba en un congreso, hacía calor, mucho calor,y yo, ya sabes que cuando me tomo dos cervezas me vuelvo una "boca loca"... , y tú tiraste hábilmente del hilo, yo me dejé liar, bla bla bla, y todo aderezado con tu labia envolvente, hizo que sin pensarlo te mandara el enlace a estos pensamientos tan locamente personales. Recuerdo que dije: "a la una, a las dos y a las tres"..., ya no hay vuelta atrás.</p><p> !!!!!Ahhhhh, qué vergüenza!!!!!, quise que la tierra me tragara entera, hasta mi propia sombra. Un sofocón de calor por todo el cuerpo, una mordida de uñas nerviosa, un tiempo de reflexión en tenso silencio, y me silencié en tu llamada imaginando, visualizando como te tapabas la boca con las manos para que yo, al otro lado, no escuchara la temida y explosiva carcajada.</p><p>Entré en el bar, agarré la caña y le di un soberano sorbo, uno de esos absurdos que acaba provocando que la cerveza baje a la misma velocidad que sube el gas (de primero de física, lo sé), los ojos enrojecidos y la gente con la que estás, pensando erróneamente que tu reacción responde quizás a las lágrimas reprimidas porque tu marido acaba de decirte que le ha comprado un gato al niño, él que juró amarte y escucharte hasta que la muerte os separara, pero que aún no se ha enterado de que su hijo es alérgico al pelo del animalito en cuestión, o cualquier cosa así, yo que sé..., sólo era el gas de la cerveza saliendo por los lacrimales, sólo eso.</p><p>!Ay, perdón querido, te he dejado con la palabra en la boca, es que se me están quemando las lentejas!. Sí, ya sé que cocinar lentejas a las once de la noche no es muy normal, me lo has dicho mil veces, pero es que no he tenido tiempo y mañana tengo fisioterapia, se me lía todo y sino, acabaré haciendo los macarrones con tomate de siempre. Además, sabes que ya no uso reloj, que más da la hora que sea ...</p><p>Por cierto, no te he contado, me he descargado un tutorial para hacer fotos a la luna, lo tenía desde hace unos días y hoy me he parado y lo he leído a conciencia. Esto viene a cuento porque se me han quemado un poco las lentejas (a quién no), he abierto la ventana de la cocina y ahí en frente, como puesta para mí, estaba tu luna. He corrido hacia el salón y no te lo vas a creer, ni un tropezón, los dedos de los pies enteros, no me he caído.</p><p>Me lío, bueno, total que he cogido el móvil, lo he configurado como decía el tutorial, he enfocado a la luna y me ha salido perfecta. A ver, ummmm, hice todo lo que decía el manual que debía hacer: parámetros, oscuridad, fijar la imagen y de primera impresión, todo perfecto. Demasiado perfecto me parecía cuando vi que la luna estaba en cuarto creciente y la que fotografié era una luna llena. Te juro que a veces parece que los astros se conjuran contra mí, menuda sensación de torpeza, estoy empezando a pensar que últimamente hago demasiadas cosas absurdas en tiempo record...</p><p> !!!Qué mal, qué mal, no te lo vas a creer, menudo error!!!. Pues nada, que al darle al zoom me di cuenta del pequeño, minúsculo , inapreciable error para el ojo humano. ¿Te puedes creer que aquella luna llena tan perfecta, fotografiada con tanto esmero no era más que la imagen de una farola de la casa negra de enfrente, esa tan horrorosa, la que decías que tenía un punto tétrico. Así como te lo digo, "un plagio de luna" por culpa de la vecina y su manía de encender las farolas en noches de luna llena. Total, que no ha podido ser hoy, qué rabia, pero no te preocupes, mañana lo intentaré de nuevo aunque tenga que manipular su cuadro eléctrico.</p><p>Espera un momento, creo que tengo que cambiar las lentejas de tartera, siempre me pasa lo mismo, siempre se me pegan, que manía oye. Vuelvo ahora, espérame, eh.</p><p>Ya estoy aquí. Todo arreglado en la cocina, bueno, menos el desorden que dejan mis hijos. ¿Te acuerdas cuando te decía que ellos dos eran mis motivos y que mi vida, si no estaban a mi lado, no tenía sentido?. Pues siguen siendo mis motivos pero creo que fui un poco exagerada con la afirmación, o por lo menos no me hacen sentir en este momento tan necesitada, sobre todo me apetece hablar con alguno y me espetan: "mamá, no ves que estoy en medio de una partidaaaa". Cuando están enfermos, tienen miedo o necesitan algo ahí me tienen, aunque esté cansada, rompiéndome la cabeza por mis problemas con la administración o pensando en qué pasará en un futuro cercano, siempre estoy ahí. Ellos no tienen la misma sensación de "falta de tiempo" que siento yo, la necesidad de que me miren y me sonrían , de que me abracen sin motivo alguno, de que hablen conmigo sin que medie un teléfono móvil con el tintineo de sus mil whatsapps, que tienen que responder de forma urgente como si la subsistencia de la humanidad dependiera de ese odioso ruidito. A veces pienso que no existe mucha diferencia entre que estén en casa o no, sólo veo dos sombras que cruzan hacia la cocina en busca de avituallamiento para volver de nuevo a "la gruta". Es inevitable mi enfado, entiéndeme, me hacen sentir que "soy transparente" para ellos, entonces me sale la vena de divorciada y les propongo que se vayan a casa de su padre, pero la comodidad les puede, aún a consta de ver mi agotamiento físico y moral cada día que pasa. "Son todos iguales" me dicen los padres de sus amigos, pero ya no me sirve, no son todos iguales, cada uno es lo que aprende y mama, y yo no les he enseñado a ser así, yo he dedicado toda mi vida a ellos, a los otros y hasta a los que no eran míos, ..., pero ésta es una historia que no voy a repetir, ya es demasiado rancia...</p><p>Es muy tarde, pero antes de acostarme quiero que sepas de mi consciencia absoluta de que ya no estás aquí, sé que estoy "hablándote" desde el pensamiento y el recuerdo, que seguiré haciéndolo siempre (sigues siendo mi Pepito Grillo), y no porque aún esté metida en un duelo crónico (como piensa alguno que yo me sé), sino porque necesito que sigas "cubriendo" esa parte de mí a la que llamabas "imposible de alcanzar", fíjate, que tarde te lo permití. No te alejes demasiado, que sean los futuros fallos en mi memoria los que te diluyan de mis recuerdos y en el tiempo.</p><p>Que sepas que las lentejas me han salido buenísimas.</p><p>Buena noche, cielo.</p><p><br /></p>milpalabras8.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/07343969013442638538noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2846615205951069421.post-32991822951462929862023-06-27T03:50:00.015+02:002023-10-14T22:06:45.167+02:00MÍA <p> "La gente buena no se entierra, se siembra", me encanta esta estrofa, es de un músico que me chifla. Me la quedo, con su permiso.</p><p>Ella los miraba mordiéndose el labio superior, eran preguntas repetidas, deshilvanadas, cada una de su madre, difíciles de contestar una a una y demasiado espesas para hacerlo de golpe. Pero les estaba escuchando, seguramente con la mente en otra parte, dejando que se mezclaran las preguntas con algún pensamiento fugaz, o quizás intentado recordar el título del libro que aún tenía sin leer. </p><p>Y los dejaba hablar:</p><p>"¿Por qué siempre tienes una sonrisa en los labios?. Esa ironía, no es tan sana como haces creer. ¿Cómo puedes mezclar el llanto con la risa?. ¿Pero tú eres consciente de todo lo que te ha pasado?. Vamos a tomar una cerveza. ¿Por qué no hablas ya de él?. Llevas unos cuantos años de mierda, amiga. ¿Cómo haces para mantenerte en pie?. Es que eres valiente, ojalá yo tuviera la mitad de tu fuerza. Estás muy delgada. ¿Cómo vas a hacerlo más adelante, estás loca?. Tienes que ir a la peluquería. ¿Qué es lo qué siempre te empuja a seguir?. Me agotan tus fuerzas. ¿Cuándo vas a volver?. ¿Pero no te sientes sola?. Bueno, tú y tu soledad buscada. ¿Tienes miedo?. No quiero hacerte daño. !!No puedo creer que te hayas atrevido a hacer eso!!. ¿Qué te has ido de fin de semana así, a las bravas, sin contármelo?. Mi amiga me mandó un whatsapp para decirme que su tumor no ha crecido, !!pero cómo no voy a querer abrazarla!!. Eres muy especial, sensibilidad y carisma. Formas parte de él, "ese es tu lugar". Sabes hijo, nos quedaremos con tu sueño. Aunque estaba callada, en su mente había un batiburrillo de voces. Los dos compartíamos nuestros mares revueltos. No volví a saber de ella, yo también la echo de menos. Eres un ser de luz".</p><p>Erase una vez que se era, no, así comienzan los cuentos y ésta es una historia real. Ella era un ser que nació en un supuesto mundo fácil, lleno de colores, de risas y silencios cómplices, tercera de tres hermanos que sólo coincidían en los genes, de padre poco activo y madre sobrepasada por la vida. Ella era el ser de esta historia, recordaba detalles de hace "for a long long time", y su sonrisa, era la fina capa que le protegía de sus fantasmas más temidos. </p><p>Aprendió a hablar mucho y a callar más. Eso le proporcionaba el tiempo suficiente para pensar respuestas absurdas que ocupaban los huecos que no quería rellenar con palabras sentidas, esos agujeros eran suyos, sólo suyos y su contenido, algo de ironía y mucho más de todo...</p><p>Tenía tal mezcla de sentimientos y tan desordenados, que la risa le hacía llorar y el llanto lo remataba siempre con una sonada carcajada, si la necesitaba. Sí, la necesitaba.</p><p>Siempre fue consciente de todo aquello que había pasado, no le gustaba hablar de ello, por eso sabía manejar las palabras a su antojo. Prefería mantenerse en el hoy, dejando el ayer para si misma. Era como aquella vitrina llena de cosas heredadas de la que no fue capaz de deshacerse, nunca fue de "tirar recuerdos", odiaba hacerlo, cosa que le resultaba "tannnn familiar"...</p><p>No hablaba de él, o si lo hacía, era de una forma casi imperceptible para todos, menos para ella misma. Su vida, la de ambos, eran muy suyas, no necesitaban demostrarle a nadie "sus sentires", se llegaban los dos solos para ser todo, había un feedback perfecto entre ambos, una intimidad impenetrable, o quizás eso creía ella, pero eso ya nunca lo sabremos. Y aunque apenas se notaba, todos los días hablaban de mil recuerdos ,y así siguieron haciéndolo incluso cuando él se fue para ya no volver, porque en cierta forma, nunca desapareció ese hilo transparente que los mantenía unidos, incluso tras su muerte. A veces "se miraban", sentados cada uno en una esquina del sofá y se sonreían con la complicidad que tanta vida le daba a ella ...</p><p>Aprendió a caminar sola por todos los caminos, senderos y montañas. Era muy torpe, tropezaba, caía, se levantaba y así en más de cien ocasiones, pero en cada una de ellas, se levantaba más y más rabiosa. Creo que eso le daba más fuerza para seguir el camino. Es cierto que llegaba llena de "pupas", heridas, daños y rabias, pero continuaba, nunca entendí por qué lo hacía...</p><p>Y la pregunta no era por qué, sino por quién. En realidad, no sé si lo hacía por ella...</p><p>"Luchas contra molinos de viento, eres cómo Don Quijote", no hacía más que repetirle, una y otra vez. "No vas a poder con todo, acabarás con tu salud y tu vida, no sigas haciéndote daño". Un eco chirriante tremendamente molesto hacia su tocada paciencia. No eran buenos momentos, se acercaba peligrosamente la fecha nunca deseada, la del último día en la vida de él y el primero de la triste vida de ella...</p><p>Y el que la reprendía, no se daba cuenta de que no era ella el objetivo de sus críticas. Él era la debilidad, el derrotismo no reconocido, el Sancho de la obra dónde, sin permiso, quiso hacer que ella fuese el personaje. Se retorcía con cada frase como una posesa, se enojaba, pero siempre sacaba de no sé dónde, la suficiente fuerza para ignorar las palabras hirientes y seguir luchando por sus verdades y certezas, defendiendo su realidad, que no era una ilusión como creía su amigo.</p><p>Ella era pura lucha y cabezonería, con un carácter modelado por lo injusto y por un incansable deseo de volver a "nacer" para escapar de un pasado doliente y para colocar de una vez por todas las piezas del puzzle de su vida en la posición correcta. Así era ella, siempre apasionada y por momentos, loca. Pero una loca sensata.</p><p>Pronto pasó el día, un descenso por el tobogán casi vertical de los recuerdos, una llegada al final del día agotada, con la suficiente fuerza aún para cortar una gardenia, ponerla en la mesita en su esquina del sofá y guiñarle el ojo al que siempre se "quedaría con ella". Y así fue.</p><p>Buena noche.</p><p><br /></p>milpalabras8.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/07343969013442638538noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2846615205951069421.post-43255061398341856052023-03-08T03:03:00.017+01:002023-10-19T13:41:41.883+02:00ABRAZOS<p>Los abrazos sostenidos, aquellos que por momentos te vacían todo el aire de tu interior, los que juntan cuerpos con una descarada indecencia, aquellos que cierran los labios pero hablan por si solos. Soy muy de abrazar, sobre todo a la gente que me los saca de dentro, quizás cuando necesito decirle "pensé que me moría", "quizás no vuelva a tener otra oportunidad para dártelo", "quizás me importas más de lo que te hice creer". Pues bien, cuando existe un "aprecio mutuo unilateral" y se ponen excusas año tras año, de esas que parecen una regurgitación, por sentido común acabo por tirar la toalla,y quizás tenga razón y no valga la pena insistir. Imagino que para esas personas se inventaron los tanatorios, para ese tipo de abrazo, mejor los cumplidos allí y no en mí. </p><p>Hace un tiempo, en una reunión de personas dispares, coincidimos cinco de ellas en una sobremesa en la que yo era la única desemparejada. Eso no influyó para que la comida fuera muy agradable, de charlas cruzadas, de sonrisas silenciosas y quizás de muecas que lo decían todo. Y llegaron las bebidas espirituosas, esas que potencian los sentimientos hasta una sinceridad larga en desvergüenza y rica en contenido, esa que hace que las palabras calen como la lluvia, revuelvan sentimientos e incluso hagan volar cuchillos cortantes e injustos.</p><p>Empezó él, no se encontraba bien, tenía la sensación de que lo preparado con tanta dedicación no estaba perfecto, o quizás realmente lo pensaba y necesitaba la aprobación con unos "aplausos vocalizados", no lo sé. Poco después de forma sorpresiva se desmoronó, sus lágrimas caían al mantel como granizos, no pude evitar intentar borrarlas de su cara con mis manos. Tiempo de calma hasta que empezó a sonar una música nada acorde con la situación, demasiado intencionada, que provocó que otro comensal comenzara un nuevo llanto, también lleno de emoción poco contenida desde el principio y liberada por desbordamiento más tarde. Nunca le había visto llorar y lo conozco de toda la vida, cosa que provocó en mí una amigable ternura. Provocó en mí una reacción en cadena, mis ojos se llenaron de lágrimas, de esas que quieres devolver al interior de los ojos para que no broten y evitar así que se hicieran públicas. No lo conseguí, tiré de las palmas de mis manos para secar lo inevitable. </p><p>La conversación que siguió al momento fue perdiendo luz y ganando sombra, estaba cargada de muchos sentimientos distintos en un orden caótico; empezamos hablando de la falta de fe, de por qué no, de un " porque no me da la gana",un "no sabes lo que dices", de un "sé lo que digo porque yo lo he vivido", de "tienes que creer en algo más que en las personas", de un "no intentes convencerme", de una pérdida de lógica en su argumento, de un agotamiento emocional, de un seguir golpeando dónde me estaba haciendo daño, de un no creo porque lo que le ha pasado "al mío" me ha parecido muy injusto,..., hasta que tuvo una reacción de lo más estúpida al darse cuenta de que su perorata no conseguiría convencerme, pero siendo consciente de la dirección de los cuchillos que estaba lanzando y de cómo me los clavaba con indiferencia. Entonces se levantó de la silla con desaire, la apartó a un lado y se puso a bailar sevillanas, como si allí no hubiera pasado nada, como si la ofensa "al mío", "al que ya la tierra le es leve", mereciera el estúpido taconeo y un airoso movimiento de brazos. Me contuve por un momento, "lo juro por el supremo al que ella defendía", pero no lo pude evitar, y de manera silenciosa y sin modificar la expresión de mi cara, sólo utilizando mi mente, dibujé un adjetivo para ella, y ahí lo dejé flotando mientras intentaba no volver a ahogarme en lágrimas.</p><p>Acabó la jornada, me levanté, despedí al emocionado amigo que había generado en mí una ternura infinita, me acerqué para darle dos besos heridos cuando de pronto él decidió cambiarlos por un abrazo, de esos fuertes y contenidos, de los que cuesta separarse. Mientras, susurró en mi oído algo que me hizo cerrar los ojos mientras en voz baja me dijo: "sí existe un cielo, cosa en la que creo firmemente, estoy seguro de que TU ÉL está allí". Entonces se separó, me besó la mejilla y se fue. Y allí me quedé yo, tragando lágrimas y entregándome al último sorbo de la copa de vino.</p><p>Esta semana he recibido varios abrazos, de todo tipo, de varias intensidades y cada uno de ellos, transmitiendo sentimientos distintos. Todos me han gustado, pero el que nunca olvidaré mientras viva, es el que me dio MI ÉL el último día que nos vimos. Me acompañó hasta el coche, me envolvió en sus brazos con la misma ternura de siempre y escuché su te amo, el último te amo que dejo resonar en mi cabeza una y otra vez. Ese abrazo y su música, para siempre. </p><p>Ahora sigue taconeando todo lo que quieras morena, pero sobre los tuyos, a los MÍOS ni tocarlos.</p><p>Buena noche.</p>milpalabras8.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/07343969013442638538noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2846615205951069421.post-6789699217571783742023-02-17T22:53:00.006+01:002023-02-24T22:02:10.636+01:00PARA TATA<p>Hoy hicieron llorar a mi amiga y estoy enfadada. Estoy haciendo un esfuerzo titánico para no decir realmente lo que pienso con las palabras que realmente me saldrían. Voy a ser prudente con mi boca pero muy clara. Lo que más me endemonia es que lo veía venir, le repetí hasta la saciedad que no se fiara, que las víctimas no tienen voces mimosas, que los valientes no se esconden en sus despachos. La semana pasada quise enseñarle a decir NO, a usar la mirada para "matar al mensajero", a girar sobre su pierna buena con desaire, a no fiarse de las hienas que sólo buscaban despellejarla, que lo importante en su vida es ella, que no se le arroja galletas a media mañana a los monos del zoo para callarlos, que no se perdona la maldad, que no tenía que haber buscado el fondo bueno en un pozo que sólo atufaba a podredumbre desde el inicio. Pero lo hizo, porque ella es una buena persona y se cree que todo el mundo tiene esa cualidad.</p><p>Hoy le hicieron daño a mi amiga y estoy enfadada. No perdono la traición, la falsa "amistad" que pisotea a la compañera para llegar a lo alto de un fantasioso podium, a las personas que justifican un "mal ser" por celos enfermizos, a la falsa recepcionista de folletín que no vale ni un cuarto de lo que se cree, a la absurda diana sin dardos ni premio, a la niñata que envían ramos de flores mientras acuchilla por la espalda al ser más indefenso. Porque este tipo de "bichos" deberían permanecer metidos en un bote con formol y olvidarlos en el fondo de un estante de por vida.</p><p>Hoy le han faltado al respeto a mi amiga y estoy enfadada. Da igual lo que seas en la vida, no va con la profesión ni con el cargo, da igual si ha sido por oposición o por empollón, el imbécil es imbécil por cómo es, no por ser quién cree ser. No se puede ser una "ratilla de despacho" cuando los mares están en revueltos de puerta a fuera, cuando sabe que al otro lado se está lapidando a una persona que hace y hace mucho por su empresa, cuando esa es la única empleada que cumple de forma fiel y es la que está pagando los errores de la pánfila compañera. Ella defendería a cualquier "ente" de aquel despacho arriesgando su puesto de trabajo y para rematar tiene un superior que es un "desperfecto" jefe.</p><p>A la impresentable compañera, sólo sé de tus necedades, de cada dardo que has lanzado hacia mi amiga, de cada " falso dolor" que has exagerado. He tenido que buscar el lado bueno de tus palabras muchas veces sin encontrarlo, y sabes, eres oscura, pegajosa, maloliente, ruín, egoísta, MALA.</p><p>Al impresentable del despacho del fondo, al que supuestamente era "el amigo de mi amiga", al cobarde que jamás dio un pisotón en el suelo para poner orden en ese gallinero, al que aún no se ha enterado que es víctima de sus maquiavélicos empleados y no de sus males como él cree, a ese cordero de carnaval, sólo decirte que mereces quedarte con quién te quedas, ya tendrás tiempo para darte cuenta de que la única persona que te respeta en ese circo, era la que ya no está, tu amiga. Has hecho caso a las llantos de sirena y el mar te va a tragar, PÁNFILO</p><div>Mi amiga está triste y estoy muy enfadada, pero ella me tiene aquí, siempre, sin cortapisa, como diría alguien muy sabio que ya no está. Podría ir a su casa y darle un abrazo, pero desde mi "debilidad" temo romperla aún más. Podría llamarla, sí, pero no quiero hacerle llorar, podría hacer mil cosas para intentar "curar" su pena, pero hoy no es el día. Ella sabe que me tiene, que basta con un hilillo de su voz para que yo active por ella todos los botones rojos del mundo, que buscaría en este momento la forma de provocar en su cara una bonita sonrisa, así que desde mi mejor ironía, les aconsejo a "ambos" que escuchen una canción de Xoel López que se titula "Todo lo que merezcas", para ellos esa letra.</div><div>Y para tí, mi niña, mil besos.</div><div> Buena noche.</div>milpalabras8.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/07343969013442638538noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2846615205951069421.post-68897735987256898092023-02-08T02:20:00.011+01:002023-08-10T03:21:12.221+02:00VOLVER<p> Entonces el aire se volvió un poco más respirable, más transparente, más lúcido y sin darse apenas cuenta, volvió a la vida que creyó perder un día. Pero ese cambio no pasó de forma sorpresiva, notó que quería estirar sus brazos melódicamente al aire, quitarse de nuevo los zapatos en la playa y sentir las cosquillas que la arena provocaba en sus pies, quería dejar que las olas la mojaran a su antojo, necesitaba decirle a todo el mundo que lo estaba consiguiendo. Echaba de menos bailar descalza en la calle con alguien que quisiera acompañarla en su locura, pisar los charcos y dejar que la lluvia la mojara hasta necesitar el abrazo de quién quisiera darle calor. Su vida se revolvió por pura necesidad, ya no importaba el tiempo, los días empezaban con la mirada en su ventana y terminaban al tercer bostezo. Había aprendido que no hay dos lados en la cama, que era toda suya, que la otra almohada podía acabar en el banco del piano, debajo de sus piernas o ser arrojada fuera de su espacio para acabar en la otra esquina de la habitación. Quiso cambiar todo su entorno, todo lo que era "la otra vida", quería querer pero sin ser querida, no recordar espacios, olores, miradas, sonrisas, dudas...</p><p>Empezó a comprar libros como si de ganar tiempo se tratara, a caminar por la calle levantando la mirada, a devolver sonrisas a personas desconocidas, a tomar un vino sin tener un motivo que celebrar, a sentarse al final del espigón al que nunca había llegado y ver el final del día. </p><p>Dejaron de existir las canciones malditas, los sonidos que se encerraban de forma enfermiza en su cabeza, se enfrentó enfurecida a sus recuerdos y decidió volver, a la vida. Hoy es capaz de caminar sola, sin agarrar una mano, con las suyas en los bolsillos de sus pantalones desafiando al tiempo. Sé que ya es la misma en ciertos aspectos, pero nunca perderá la esperanza de empezar de nuevo lo que ella quiera ser. ¿Y sabes, querida?, tienes todo mi apoyo. Un guiño al aire. </p><p>Buena noche.</p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p>milpalabras8.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/07343969013442638538noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2846615205951069421.post-51456851618221432382022-11-30T21:03:00.013+01:002023-07-17T20:42:04.551+02:00GRACIAS A TÍ <p> Y de pronto sentí que el dolor acumulado era tan intenso que provocó que me olvidara de vivir. Marqué aquel número de teléfono, lo dejé sonar unas veces y colgué con cierta desesperanza. Al rato, un número desconocido en la pantalla, una voz muy dulce, unas cortas frases y muchas lágrimas incontroladas. Hizo falta pocas palabras y algún silencio contenido para que me entendiera, sentí incredulidad, un nudo en la garganta cuando me dijo "yo creo que te podemos ayudar". Era la primera vez en mucho tiempo que hablaba de Juan con alguien, sentí un alivio extraño, una sensación de que estaba "desatascando" mi pensamiento, un poco de empatía en un corazón absolutamente devastado, terriblemente hundido y tristemente roto. Unos días después me fui al lugar dónde me habían indicado, buscando a la persona que intentaría ayudarme, miraba nerviosa hacia todos los lados, tratando de descubrir entre la gente que se cruzaban conmigo, la ayuda que tanto necesitaba. Allí estaba él, tal y cómo me había indicado la dulce voz, y allí estaba yo, muerta de pena. Me nombró tras su mascarilla, lo nombré tras la mía, en un tono muy suave, e hizo un gesto con su mano, un "vamos allá"...</p><p>Paredes de piedra, ventana verde, una planta en la esquina (pobre planta), una mesa y dos sillas a una distancia cómoda, la mía soportando mucho dolor, él en la suya transmitía la calma que a mí me faltaba. Normas, seriedad, "empatía que no simpatía" me dijo. No sé su historia de vida, necesito hablar sin causarle daño, me empeño en proteger a todo el mundo de mi dolor, sin saber hacerlo yo conmigo misma. Hablo cuidando mis palabras para no herirle, le insisto en que me mande callar si algo de lo que digo le incomoda, no quiero provocar daño, ya es suficiente con mi dolor.</p><p>Primer día, lo inundo todo. No soy llorona pero desde que Juan se fue, lloro de forma inconsolable en soledad, no en público, ahí soy "muy fuerte", dicen los que no ven mi interior. Él escucha pacientemente, él me escucha, qué sensación tan rara y desconocida.</p><p>Pasan las semanas, lloro mucho, cuento todo, no quiero dejar nada dentro que pueda volverse en mi contra. Él me facilita con su actitud el desahogo, a veces me hace sonreír, ya me había olvidado de esa sensación tan cálida. Muchas veces no puedo mantenerle la mirada, el hecho de que me vea llorar provoca en mí una mezcla de timidez e impotencia exasperante. Le pregunto el por qué de muchas cosas, es muy hábil, sabe que soy yo la que tengo que buscar las respuestas, pero su compañía lo facilita, es una persona mágica que calma mis horrores... </p><p>Un mes y otro mes más, tengo prisa por sentirme mejor, tengo miedo al paso del tiempo, soy contradictoria. Pienso en que cuando llegue el límite de los encuentros, no estaré preparada para volver a la vida. La suerte fuera de aquellas paredes de piedra no me acompaña, cada paso que doy últimamente me lleva a un nuevo tropezón, intento avanzar pero siempre hay algún obstáculo que me lleva al suelo y provoca heridas demasiado conocidas...</p><p>Mi entorno no ayuda, yo tampoco lo facilito, me cierro en banda, no quiero que vean mi pena, no quiero "defraudarlos", no puedo decirles que avanzo muy lento, prefiero que crean que todo va mejor mientras yo construyo un muro alto, muy alto, lo suficientemente alto para que no vean mi lado herido, el que les demostraría mi debilidad, en el que dejaría a la vista el cansancio y mi derrota.</p><p>Busco personas parecidas a Juan por la calle, siempre con la ilusión de que volveré a encontrarlo, creyendo que aquello ha sido un mal sueño, una pesadilla demasiado larga. Pienso que habrá un día en el que levantaré la vista del suelo y tropezaré con él, como hacíamos siempre. Qué boba soy, sé que se fue para siempre, sé que no volverá jamás, pero me cuesta tanto ...</p><p>Sigue pasando el tiempo y la persona que me ayuda va ganando mi confianza, descubro un "avis rara" muy agradable, le pido permiso para ser su amiga, me lo permite, es mi amigo. Tiene la capacidad de hacer que sea consciente de mi realidad, me hace sonreír, provoca la búsqueda de razones para comenzar de nuevo otra vida, otra más, no sin avisarme sensatamente de que nunca volveré a ser la misma, seré yo sin él, cosa que empiezo a asumir...</p><p>A veces, me lanzo al vacío y le digo que tengo la necesidad de comprobar qué pasaría si me suelto "de su mano" y empiezo a caminar sola (qué valiente soy, me miento). Tengo vértigo, miedo a caerme otra vez, tengo pero no quiero, quiero pero no puedo, lo necesito pero me recome la idea de una vuelta atrás. Quizás esta "cojera" será crónica, quizás le pediré una prórroga si me lo permite, quizás debería intentar no ser cobarde, quizás debería de dejar de decir quizás...</p><p>Él sigue escuchando mis dolores, mis pérdidas, mis miedos, se mantiene callado con sus manos entrecruzadas. Yo hablo, hablo y hablo, a veces lo miro de reojo, está atento a lo que digo, qué cosa más extraña, me sorprende encontrar a alguien tan humano...</p><p>No llevo reloj en la muñeca desde que ocurrió , no quiero saber nada del tiempo. En la "casita" hay uno a mi espalda, tardé días en darme cuenta de su existencia. Unos días no marca el tiempo, otros, cuando ya no puedo más, miro el reloj y le pregunto afirmando que "ya es la hora". Creo que me conoce tanto que sabe que lo digo como escape, el gesto de sus ojos y su sonrisa me indica que me ha cogido, entiende mi "hoy hasta aquí, no puedo más" y nos vamos, no sin antes luchar contra la cerradura de la casa verde, de la casa "de cristal"...</p><p>Camina a mi lado, siempre vamos hablando, es curioso como me mimetizo con sus movimientos: si cambia la dirección, yo lo sigo, si se agacha, yo me agacho, si saluda, yo saludo, si mete las manos en los bolsillos, yo instintivamente hago lo mismo..., tiene su punto cómico ...</p><p>Le debo mucho, le debo el haberme enseñado a no vivir en una desesperación continua, a gestionar una pena que me estaba aplastando, a reordenar una vida que se había desplomado, a perder la vergüenza por expresar mis sentimientos, a encontrar los recursos que tenía bloqueados en mi mente, a decir en alto que me gusta la vida y que quiero vivir aunque ya no esté Juan en ella, a afrontar los rotos de mi cuerpo como yo quiera, sin juzgar, sin quitarme la razón, sin críticas a mi forma de pensar, respetando mis "yo soy así"...</p><p>No diré su nombre, no hace falta, sí diré que la casualidad ha hecho que encontrara a un ser humano único, a un amigo para siempre, a un "sanador" de tristezas, con un carácter tan reconocible, tan ágil, tan similar, tan difícil de encontrar en este tiempo...</p><p>Gracias por todo amigo. </p><p>Me emociona hablar de él y si algún día os lo cruzáis en vuestra vida, sabed que sí existen las personas buenas que te enseñan cómo "deshacer nudos" que no te dejan avanzar en un proceso de duelo, que hace que razones y veas que la cura está en cada uno, que bajes muros y que empieces a vivir. Él es mi escucha, creo que lo será para siempre, es un auténtico placer su acompañamiento. He ganado en paz interior, en salud emocional, he aprendido que todos tenemos rotos, pero que con la ayuda de personas como él, podemos unir esas partes y entender que no pasa nada si se ven las cicatrices, porque forman parte de la normalidad de cada uno . Hoy la entrada en el blog es para él, para mi amigo, para un gran ser humano, para una bellísima persona. Gracias por estar, no me faltes nunca.</p><p> Buena noche.</p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p>milpalabras8.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/07343969013442638538noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2846615205951069421.post-33910839774097601622022-08-30T20:23:00.006+02:002022-09-20T11:29:48.864+02:00EDADES<p> Me levanté como todos los días, como si esta noche hubiese sido una corta siesta en vez de un instante ilusorio lleno de sueños y pesadillas. Salté de la cama antes de que el ordinario despertador de mi teléfono sonara con esa horripilante melodía, la cual juro cambiar cada mañana y nunca hago. Al posar mis pies sobre la alfombra pude sentir como cada hueso, cada tendón y cada ligamento de mis pies y tobillos se recolocaba en su sitio, no sin quejarme del dolor que me produce, que es lo que realmente me abre los ojos al día. Abrí la persiana con el mismo ánimo con el que tocaría la campana de la iglesia de mi pueblo , más bien poco, muy poco. Caminé hacia el baño como si lo hiciera sobre vidrios rotos, sin la horizontalidad que evitaría tropezar con todo lo existente en línea recta y con lo inexistente por un andar aún poco espabilado. De la luz al levantar la persiana ni me he enterado, es la del baño la que me deslumbra, la que hace que a mis ojos les cueste reconocer la imagen del espejo. Me recojo el pelo en una coleta, lavo la cara y emprendo el camino hacia la cocina para preparar el desayuno: café con leche de almendra, cereales y ...las pastillas mañaneras. Y esto último fue el motivo de la nueva entrada en el blog: las pastillas. Esa mañana me di cuenta que tenía que ir a la farmacia a recoger mis pastillas del mes, estaba bajo mínimos y son de obligado cumplimiento.</p><p>Vuelta al baño, ducha rápida, un toque de lápiz de ojos, pantalón vaquero, camisa y listo. Como está de moda ser naturalista y no usar plásticos, cogí una bolsa negra de tela para la compra de la farmacia, haciendo un cálculo de volumen, ya que también debía de parar a comprar un champú y un suavizante de pelo. "Sí, suficientemente grande para que me quepa todo, pensé". Me calcé y salí a la calle con las gafas de sol que tapaban mis ganas de nada ese día. </p><p>Primera parada en la tienda de cosmética. Me acerqué a la zona dónde siempre estuvieron los champús, gafas fuera sino no veo nada y me puse a buscar el mío habitual. Di varias pasadas con mi dedo índice en el aire por las distintas estanterías hasta que oí una voz bajita a mi espalda "¿te puedo ayudar?". Sí, le contesté un poco enfurruñada por no encontrar lo que necesitaba. Le expliqué a la dependienta lo que buscaba y me dice "claro, tú no eres clienta". Giré el cuello como cuando escurres una fregona en el cubo y le espeté un "cómo que no, de toda la vida. Pero no tenéis el champú y el suavizante que llevo habitualmente", y posteriormente le hice una caída de ojos de esas que te dan la razón aunque no la tengas. "Ah, es que le han cambiado el nombre y ahora es éste, se nota que hace tiempo que no te pasas por la tienda", otra indirecta. A estas alturas del partido, no estaba dispuesta a que ella ganara el juego dialéctico y le dije sin titubear: "pues dame dos de cada". Lo cierto es que ya me había fijado que sólo tenía un bote de champú en la estantería, pero eso aumentaba la emoción de la próxima respuesta. "Sólo me queda uno, te pido el otro para mañana ¿te vale?". Tentada estuve a decirle un "no, necesito los dos botes de champú y de suavizante para lavarme el pelo hoy, a mí es que me gusta que no falte y que sea abundante", pero decidí callarme. Ya en la caja me preguntó si necesitaba algo más, a lo que le contesté que no. Y ella, cómo queriendo tensar un poco más la goma, va y me pregunta con una sonrisita cortante si necesito alguna crema de cara. Ahí me dio en mi ego, cerré un ojo, abrí mucho el otro y le dije: "dame una crema de noche, pero de aquella estantería, que es para pieles jóvenes". Mi diafragma empezaba a moverse de forma involuntaria mientras daba la partida por ganada. Ella cada vez más seria, mi paciencia cada vez más limitada. ¿Necesitas algo más?. Otra vez mi otro yo quería contestarle "pues mira sí, quiero tres t botes de champú", pero me mordí el labio para no parecer grosera. "No muchas gracias, nada más". Y sin agradecerme la cantidad de contestaciones que me había tragado empezó a hablar sola "y ya que eres cliente,te vas a llevar de regalo una crema exfoliante para la cara, dos muestras de crema regeneradora de noche y un vale descuento para una sesión de presoterapia para drenar líquidos de tus piernas". Aquella retahíla de cosas que me soltó en seis segundos me dejó desmarcada. En tan sólo seis segundos insinuó que tenía una cara arrugada, que era una retenedora de líquidos, y lo peor de todo, me dejó sin palabras, algo inconcebible en mí. Torcí el labio para demostrarle mi enojo (seguro que pensó que me estaba dando un ictus), me ofreció una bolsa !!!de plástico!!! y al fin pude decirle "ay no, que eso tarda mucho en degradarse y daña la capa de ozono, por eso hay gente que envejece tan mal". Pagué la compra, metí todo en mi bolsa negra de tela y me fui moviendo la mano como lo haría una dama de la realeza. De ahí a la farmacia, a la mía de siempre y esperé mi turno. Me apetecía que me atendiera una auxiliar que es muy agradable, pero estaba ocupada, y mi turno llegó. Me atendió uno de los farmacéuticos habituales, le entregué la tarjeta, la pasó por el lector y se puso a mirar la pantalla callado. Pasaban los segundos y no decía nada, empecé a preocuparme porque miraba aquella pantalla como si en ella estuvieran saliendo rayos del infierno, hasta que me dijo con voz nerviosa: "debes tener mucha medicación porque tarda en cargar". Recoloqué mis hombros caídos en su sitio y le contesté: "bueno, lo mismo de los últimos meses". Por fin estaba todo cargado y se pone a leérmelo, !!!!calla, todo, dame todo lo que sale!!!!, le dije para que no se pasara media hora leyendo. Se fue, vino, dejó, volvió a irse, vino, volvió a dejar y así hasta cuatro veces. El mostrador lleno de medicación, cuando se acerca la auxiliar a la que conozco y me pregunta que cómo estoy (a punto de llorar, quería decirle), miró aquellas cajas apiladas como contenedores en un barco mercante, ella mira lo que miro y me dice "ya veo" y se escurre sutilmente al mostrador de al lado para seguir atendiendo. Mientras el chico le quita los sellos a la medicación, me acuerdo de tres cosas más que necesito, le digo que no cierre la cuenta que necesito más cosa y suelta un !!caramba!!. Ya venía yo caliente de lo de los regalos de la tienda de cosmética, así que cogí un bote de perlas de aceite de no sé qué y le pregunté si eso se podía tomar si se tenía el colesterol alto. "Bueno, habría que verlo, interacciones con tanta medicación, al ser alto oleico, ahora no puedo, eso es cómo que se come el colesterol que te comes, pero no el que fabricas...". Uf, volví a dejar el bote de perlas en su sitio y le dije que me diera las otras tres cosas y me cobrara. Coronando la pila de medicaciones puso un blister de caramelos de menta y me enseñó una caja, diciéndome en voz baja "esto es un regalo, son unas muestras, creo que van muy bien". Le perdoné la vida y le di las gracias. Abrí la bolsa negra y fui colocando todo el pastillaje de forma que nadie que se cruzara conmigo pensara que había asaltado una farmacia. Colgué la bolsa de mi hombro y salí pensando que entre las dos tiendas había sumado 30 años más a mi edad real. Seguí caminando hasta que me topé con una exposición de portadas de un conocido diario de la comunidad. Las portadas estaban ordenadas por fechas y exponían noticias y sucesos ocurridos años atrás. Estaba yo absorta con la música de mi mp3 y la cantidad de cosas que yo había vivido de las expuestas, que no me di cuenta de que alguien me estaba hablando hasta que tiró de uno de mis auriculares. Era un hombre encantador que conozco desde hace muchísimos años, estaba paseando con su nieta y me dijo "te estaba hablando y tú ni te enteras". Le di un par de besos y con una gran sonrisa le dije "te veo genial, que cara de paz tienes". Me contó que desde que se había jubilado se dedicaba a pasear y a cuidar de sus nietas. No pude evitar volver a repetirle que lo encontraba exactamente igual que hacía 15 años, estaba fantástico la verdad. Y así hablando de la vida me suelta "mira, con la edad que tengo no puedo quejarme, porque no tomo ni una pastilla". En ese momento, el hombro del que colgaba la bolsa negra llena de medicamentos, cremas y demás, como si de un acto reflejo se tratara se pegó a mi costado como hacen los polos opuestos de dos imanes. Justo en ese momento a la nieta se le cayó de las manos un muñeco y este hombre se agachó a recogérselo. Me quedé mirando por si no era capaz de levantarse y cuando iba a agarrarlo para ayudarle, pegó un salto y se puso de pie más rápido que muchos trapecistas del Circo del Sol. Ante mi asombro-envidia siguió preguntándome qué tal estaba yo, "todo bien le contesté, todo bien". "¿Y la familia?", "todos bien" le contesté. "¿Y tu marido, que tal?", ahí se me retorció el esófago y para no seguir por esos derroteros le dije "bien, todos bien". "Pues salúdalo de mi parte y venga, vete que estará esperándote para comer". Entre dientes dije sí, esperándome, sí, para comer, sí...</p><p> Le di dos besos de despedida y me fui para casa arrastrando aquella bolsa negra llena de pesados años.</p><p>Una vez en casa vacié su contenido encima de la mesa de la cocina, ciertamente allí había una pila de tratamientos dignos del mejor geriátrico. Vi la cajita de regalo que me hizo el farmacéutico y la abrí por pura curiosidad: !!!un tampón, una compresa y un salvaslip!!!. Me salió una carcajada y fui a enseñarles el regalo sorpresa a mis hijos. Como buenos hijos de su madre, sólo pudieron reírse al ver el contenido de la caja. La próxima vez que vaya a la farmacia y me atienda él, dejaré caer el DNI sin querer encima del mostrador para que la siguiente caja-regalo- sorpresa sea más acorde a mi edad. Ganas me dieron de salir corriendo a la calle e ir a la tienda de cosmética a espetarle a la dependienta un "ves, esto a tí no te pasaría nunca, ja". Buena noche.</p><p><br /></p>milpalabras8.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/07343969013442638538noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2846615205951069421.post-13561418674016454652022-07-20T02:14:00.007+02:002023-03-19T11:12:03.727+01:00RESPONDE<p>¿Puedes asomarte a mi sueño esta noche?.¿ Puedes venir unos segundos a nuestro lugar secreto?.¿Puedes acariciarme el pelo y repetirme que te gusta su olor?. ¿Puedes abrazarme como lo hacías cuando tenía frío?. ¿Puedes cantarme al oído Seda y Hierro?. ¿Puedes sentarte en el sillón y mirarme de reojo mientras me tomo el café?. ¿Puedes tocar al piano aquella pieza que compusiste para mí?. ¿Puedes leerme el cuaderno dónde escribías tus notas?. ¿Puedes hacer que mis recuerdos sean todos bonitos?. ¿Puedes decirle a la vida que me cuide aunque sea un poco?. ¿Puedes dejarme imaginar tus ojos color mar?. ¿Puedes venir conmigo al lugar dónde me prometiste que iríamos?. ¿Puedes llamarme por teléfono, aunque sea unos segundos para escuchar tu voz una vez más?. ¿Puedes quitar el dolor que me produce tu ausencia?. ¿Puedes cogerme de la mano cuando pierda el equilibrio?. ¿Puedes provocarme las carcajadas que tanto te gustaban?.¿Puedes acompañarme un poco más en el camino?. ¿Puedes darme una razón para volver a sonreír?. ¿Puedes hacer que el tiempo retroceda para recuperar lo que perdimos?. ¿Puedes no soltarme nunca, jamás?. ¿Puedes dejar que te acaricie las manos una vez más?. ¿Puedes esperarme en nuestra terraza para el aperitivo?. ¿Puedes venir a buscarme a la estación, que te busque entre la gente y que estés allí?. ¿Puedes hacer que el sofá del salón sea el lugar de nuestras ilusiones y no el de nuestro maldito final?. ¿Puedes hacer que crea que la luna la vemos cada uno desde nuestra ventana y llamarnos para contarnos lo bella que está?. ¿Puedes venir a mi casa un ratito ?. ¿Puedes mojarte conmigo cuando vuelva a llover?. ¿Puedes llevarme a cenar a aquel restaurante dónde estábamos los dos solos?. ¿Puedes contarme de nuevo la historia de tu vida sin que llegue el final?. ¿Puedes abrazarme mientras me dices al oído que no me vaya?. ¿Puedes hacer que nuestras promesas se cumplan?. ¿Puedes venir conmigo a la playa de invierno aunque tengas frío y no te guste el viento?. ¿Puedes acompañarme a esos sitios a los que me da tanto miedo ir sola?. ¿Puedes decirle a la gente que no soy tan valiente como ellos creen?. ¿Puedes hacer que el reloj se pare antes de ese maldito día?. ¿Puedes decirles a "los extraños" que me den tu bloc de dibujo y la libreta dónde escribías tus pensamientos?. ¿Puedes mandarme un audio desde dónde estés y decirme que estás bien?. ¿Puedes hacer que deje de llorar al recordarte?. ¿Puedes curar mi tristeza?. ¿Puedes hacer brillar tu estrella cada noche para que pueda encontrarte?. ¿Puedes venir a buscarme cuando sea el momento?. ¿Puedes hacerles entender que ya no seré la misma nunca más?.¿Puedes curarme la herida del alma?. ¿Puedes volver a mi vida?. ¿Puedes venir un ratito?. ¿Podrías, por favor?...</p><p> Buena noche.</p><p><br /></p>milpalabras8.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/07343969013442638538noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2846615205951069421.post-34452605097918159082022-06-30T22:38:00.008+02:002023-04-11T10:40:55.905+02:00LA CONCIENCIA DEL TIEMPOLlevo una hora sentada en la cama intentando escribir palabras de recuerdo y amor, pero cada vez que tecleo, mis dedos se tiran de cabeza al dolor y a la pena. No quiero hacer una entrada que me abra en dos, no puedo seguir dándome puñaladas mientras busco respuestas, ni volcando mi impotencia en una losa en la que una mala familia no quiso ni grabar tu nombre.<div> A estas horas empezabas tus vacaciones, esas que tanto deseabas, ese año con más motivo porque teníamos razones maravillosas para vivirlas como nunca, habías conseguido lo que tanto deseabas y yo disfrutaba tanto viéndote feliz...<div>Hace un año que te fuiste, la persona que me ayuda en tu duelo, en mi mal llevado duelo, está de acuerdo que sea hoy el día que marque en mi corazón como el día en el que te fuiste de la vida. Necesitaba un día para no vivir un mes de penuria, para no repetirme mil veces "y si hubiera...", para no imaginarte como no quiero hacerlo, para no volverme loca.</div><div>Ha pasado un año y aún no soy capaz de disipar la nube gris que se quedó a vivir conmigo ese maldito día. Pero lo estoy intentando, te lo prometo, he encontrado a personas que me están ayudando a expresar el dolor, a soplar de vez en cuando el nubarrón gris en el que estoy envuelta, para que entre un poco de sol y dé sonrisas en este caos de vida en el que me he sumergido. Y mis dos motivos me empujan hacia delante, aunque ellos no lo noten, hacen que vuelva a mirar al frente cada vez que me giro equivocadamente hacia el mal pasado. Mis locas, mi compañera de fatigas, "mi ayudante" y yo, Juan, porque necesito fuerza y no tristeza, necesito bonitos recuerdos y no amargura, necesito ordenarte en mi vida y encontrar el lugar en el que me provoques un calor reconfortante al pensarte. </div><div>¿Sabes, mi amor?. He tenido mucha suerte de cruzarte en mi vida, es como un sentimiento encontrado y a pesar de la tristeza, he disfrutado de unos años de risas contagiosas, de manos expresivas, tan especiales, las adoraba, te adoraba..., del mar de tus ojos, de tus pensamientos en alto, de silencios cómplices, de sueños hermosos, de ilusiones futuras, de sabios consejos, de reconfortantes consuelos, y todo eso nadie puede quitárnoslo, ¿verdad?. Nadie podrá, ya no podrán quitarnos lo vivido ni nuestros recuerdos, porque yo los guardaré por los dos hasta el final de mis días. Estos no dependen de la compasión de "los malos", éstos no pueden bloquearlos ni tirarlos a un contenedor, estos son sólo nuestros, intocables, inalcanzables para ellos. Pobres ignorantes...</div><div>No tengo conciencia de que haya pasado un año, pero debo poner una fecha en mi corazón para curar, necesito curar para luchar, y luchar para vivir, por mí y por los míos. No sé qué pasa después de la muerte, pero ojalá exista un lugar bonito dónde nos volvamos a encontrar, sería lo justo. </div><div>Hoy encenderé una vela para que su luz te guíe hacia mí y una gardenia blanca recién cortada de la terraza. Te quiero para siempre, mi vida. Descansa en paz.</div><div><br /></div><div> Buena noche al resto del mundo.</div></div>milpalabras8.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/07343969013442638538noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2846615205951069421.post-37674415059894081812022-06-19T03:13:00.007+02:002023-03-15T20:54:11.962+01:00EL VESTIDO VERDE DE RAYAS<p> </p><p class="MsoNormal">La mujer con el helado de fresa no dejaba de mirar aquel
escaparate dónde un horroroso maniquí descolorido lucía un vestido verde con
rayas blancas, muy acorde con el cuerpo inerte que lo vestía. Me quedé embobada
mirándola mientras el helado se derretía por su mano derecha y el pringoso líquido
se le colaba por la manga de su carísima camisa sin hombros. Ella ni se inmutaba, sus labios lucían el tono rosa
chicle del helado, ni tan siquiera había percibido que su boca estaba tan
pringosa como su mano. Estaba estoica, con un rictus parecido al del maniquí,
parecía que lo que ocurría a su alrededor no formara parte de su mundo, no le
importaba que yo la mirara con asombro, incluso parecía que sus ojos habían
perdido vida. Me acerqué un poco más a ella para intentar ojear por encima de su hombro qué era lo que le atraía tanto de aquel vestido tan pasado de moda y
tan poco propio para su estilo. El helado de fresa continuaba corriendo por su
muñeca y ella seguía sin mover ni un solo músculo de su cuerpo. Mi curiosidad
iba en aumento, no podía evitar el compartir su espacio para saber que le
ocurría a aquella mujer. Al acercarme olí su perfume, uno de esos caros,
de esos en que su frescura nunca llega a ocultarse. La melena rubia cubría casi
con una perfección absoluta sus hombros desnudos, la camiseta rodeaba su torso
sin provocar ni una sola arruga, sus mangas llegaban hasta las muñecas
cubiertas de pulseras doradas, y un reloj del que colgaba una cadena con una fecha inscrita.
Volviendo al tema, me acerqué a ella, más bien me "estacioné" a su lado y
orienté mi vista hacia aquel horrible modelo del escaparate. Cómo puede ser posible que se hubiera
quedado tan absorta con aquel vestido, que ni tan siquiera se diera cuenta de
que su helado se estaba derritiendo a la velocidad de la luz, qué tenía aquel vestido
que tanto la embelesaba...<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Pasaron unos segundos cuando detrás de aquel maniquí se
movió un hombre de barba cana, guapo de película, alto, delgado y agarrando amorosamente la mano de una hermosa mujer.
Se les veía felices, se besaban suavemente, con un roce de labios muy sutil.
Pensé, qué suerte tiene esa chica, mi expareja jamás se hubiese movido por una
tienda con tanta ternura para conmigo. Era bonito, casi envidiable. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Por un momento me había distraído de la estoica mujer del
helado de fresa, volví a mirarla y seguía con su boca embadurnada en helado, su
mano chorreante mientras se derretía, pero algo había cambiado. Sus ojos brillaban,
ya no era la misma mirada inerte, ahora aquellos ojos amenazaban tormenta y
lluvia intensa. Miré de nuevo hacia la pareja del interior de la tienda,
seguían paseándose tras el maniquí del vestido verde de rayas blancas, con las manos fundidas y envueltos en besos envidiables. Me volví a girar hacia la mujer del
helado, vi como sus ojos empezaban a llover, entonces comprendí lo que estaba
ocurriendo, o eso supuse. No me atreví a preguntarle si se encontraba mal, si
necesitaba algo, simplemente me quedé a su lado como si esto le sirviera de
apoyo emocional, no lo sé, no fui capaz de moverme de allí.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">La pareja salió de la tienda, primero ella, después él
mientras la sujetaba de la cintura. La mujer del helado y yo giramos la cabeza
al mismo tiempo hacia la puerta. Con la mano que sujetaba el bolso, me
hizo un gesto para que me apartara de su camino, se dirigió hacia la pareja que
caminaba felíz sin imaginar lo que yo ya había sospechado tan sólo un minuto
antes. Caminó hacia ellos con sus tacones de aguja y sus esbeltas piernas, como
si estuvieran esculpidas en mármol rosa. Él debió reconocer el ruido del taconeo, le debía sonar familiar porque se giró de forma inmediata, exactamente un segundo
antes de que aquel chorreante helado de fresa acabara empotrándose en la cara del adonis. La de los besos sutiles lanzó un
grito agudo cuando vio la cara de su hermoso galán con el cucurucho
literalmente encastrado en su nariz. Hubo un grito chirriante: ¿pero estás loca, qué has
hecho?.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La mujer del helado volvió a la
vida, sacudió su mano y se la pasó al cariñoso acompañante por la chaqueta
de terciopelo azul que llevaba perfectamente colocada esa tarde de amor y
arrumacos. A esa altura de la historia, ya se había formado un corrillo de
gente a su alrededor, todos tapándose la boca con la mano para cotillear con el de al lado lo que estaban presenciando como si estuvieran en un patio de butacas. La mujer del helado se acercó al hermoso hombre- helado y le
susurró con un tono bajo pero audible: “vete a casa, lávate la cara,
recoge tu ropa y no vuelvas jamás”. Abrió su bolso negro, quitó un
paquete de toallitas de esas que llevamos las mujeres para situaciones de
urgencia y se limpió los labios y las manos. Se acercó a una papelera y arrojó con
rabia las toallitas de color helado de fresa, enderezó su columna y se fue
calle abajo caminando como si sus tacones sujetaran el mundo. Me quedé plantada
delante del escaparate dónde el maniquí vestía aquel horrible vestido verde,
casi idiotizada, sin pestañear siquiera . En un instante me di cuenta de que
lo que había presenciado no era sólo un engaño, era algo terrible, algo que
me dejó pensativa el resto de la tarde. Solemos quedarnos con la imagen
inicial, la más próxima a nosotros, la que centra nuestro pensamiento, y yo caí
en esa trampa. Vi el vestido verde horroroso y a la mujer comiéndose un helado
de fresa, no entendía como aquel vestido podía dejarla hipnotizada, cuando en realidad estaba presenciando como el mundo de esa mujer se desmoronaba tras aquel vestido verde, sin importarle quién la observara, sólo siendo
la espectadora de la caída de telón de su amor. Buena noche.</p>milpalabras8.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/07343969013442638538noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2846615205951069421.post-43490774083435694112022-05-28T19:12:00.008+02:002023-03-19T16:20:36.043+01:00EL OLIVO DE CAMINOLa vida es una mezcla de sensaciones maravillosas, crueles, dulces, demoledoras, suaves, hirientes, mágicas, oscuras..., y todas estas sensaciones generan sentimientos diferentes en cada uno de nosotros, aunque a veces compartidos. La posibilidad de que dos amigas pasen una desgracia familiar el mismo día, aunque hayan transcurrido muchos años entre dicha situación, acorta las posibilidades. Pues esto que os voy a contar pasó entre dos personas que un día se cruzaron por azar en el trabajo y de dónde surgió una amistad que creo a pies juntillas, durará toda la vida. Porque la amistad no significa contarle a la gente que menganita o fulanito es unos de tus mejores amigos, la amistad es aquella que, aún pasando muchos años desde el último encuentro, se mantiene un vínculo tan intenso, que hace que el tiempo se haya borrado y continúe el cariño, el aprecio y la unión entre ambas personas.<div>Volviendo a la vida, a todos nos ha puesto en algún momento al borde de un precipicio, en alguna situación en la que parece que el destino sólo quiere jugar con nosotros a algo que nos atemoriza o que nos hace mucho daño. A veces pedimos ayuda a especialistas, y perfecto si estos son capaces de "sanar" ese mal momento. Otras veces recurrimos a algún amigo cercano y le contamos lo qué nos está ocurriendo, también respetable. Y otras, el azar, el destino o lo que sea, hace que esa amiga a la que no veías desde hace muchos años haga una llamada casi mágica y te diga que viene a verte. </div><div>Ella es mi amiga, mi niña desde hace mucho tiempo, y es como si tuviera la muy "joía" un detector de "te necesito". Hablamos toda la tarde, le conté, me escuchó, respetó mis silencios, agarró mis manos cuando mi voz se entrecortó, me abrazó cuando se dio cuenta de que lo necesitaba. Me repitió varias veces, con esa sonrisa dulce de siempre , que se sentía muy honrada por la confianza que depositaba en ella para contarle mis devenires, la montaña rusa en la que estoy subida. Y no, mi querida niña, no te sientas honrada, en tal caso yo te doy las gracias por seguir en mi vida, por hacer que el tiempo afiance una amistad muy bonita y muy necesaria creo que para las dos. El destino quiso que nuestras vidas coincidieran en momentos muy bonitos y en otros tremendamente dolorosos por ambas partes. Sé que debemos quedarnos con lo que nos hizo reír, pero en nuestras vidas están los 28 de mayo que hacen que mi corazón se acuerde de tí por ese nexo del que no hace falta que te diga más. Hoy quería escribirte unas palabras en este blog, unas palabras que te transmitieran calidez, ternura y paz, Quiero que sepas que hoy te tengo más cerca que nunca, a tí y a los tuyos, y por añadidura a los míos. Si pudiera juntar dos estrellas en el cielo para que las vieras esta noche, sé que nombre les pondría. Las dos serían tremendamente hermosas y brillantes, una de ellas tendría un lápiz y un bloc de dibujo a su lado y la otra, el olivo que se trajo cuando regresó a su tierra. Sólo decirte que te quiero en mi vida, que hoy te mando un abrazo de templanza y que me siento en el deber de darte las gracias por ser como eres . Suelo acabar mis entradas en el blog con un "buena noche", hoy la finalizaré con una dedicatoria a tú hermana: El olivo de Camino. Un abrazo al cielo.</div>milpalabras8.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/07343969013442638538noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2846615205951069421.post-42411631878225937442022-05-24T12:56:00.009+02:002023-03-20T03:39:00.002+01:00BIEN<p> "¿Cómo estás?. Bien". Otra vez la misma respuesta manida ocultando todo lo posible detrás de esa palabra. Bien para decirte que no puedo más, bien para contarte que me duele el corazón cada día cuando pienso en él, bien cuando miro hacia el suelo para que no vean mis ojos, bien para cambiar rápidamente de conversación, bien para que no descubran que lloro todas las noches porque ya no está, bien cuándo ni tan siquiera soy capaz de ver una película que le gustaba, bien cuando veo llover y recuerdo cómo le encantaba ese sonido, bien cuando pienso en el qué, el cómo, el por qué él y no yo ...</p><p>Y si los encuentro al día siguiente seguiré con la misma retahíla de "bienes". Y lo intento cada día, intento abrir la ventana que deje entrar aire nuevo en mi vida, que limpie este desasosiego que vuelve gris la sonrisa que tanto te gustaba, la carcajada contagiosa a la que llamabas "tu mejor melodía". No es depresión, es tristeza, añoro, una falsa ilusión por volver a encontrarte, una búsqueda irreal de tus gestos, tu rostro, tú voz, tú en cada persona con la que me cruzo. Y me doy cuenta de lo absurdo de este sentir, lo imposible de mis deseos, sé que tú no volverás, ya te fuiste de esta vida y debería de sentirme privilegiada por haberte vivido, por haber bailado descalza contigo en lugares increíbles, por haber sentido tus interminables abrazos, por haber podido mirarnos a los ojos y decirnos muchas cosas bonitas en momentos imposibles, por contarnos aquellos pensamientos en alto sin pudor, sin censuras, sin miedos...</p><p>Bien como palabra comodín, aunque tampoco podría contarles nuestra verdad porque a nadie le importa, nadie quiere que hable de tí y de lo que me duele tu ausencia. Es más fácil no preguntar, no dejarme mirar hacia atrás aunque siga estática en este mismo momento desde hace meses. Es más fácil ocultar lo que siento: "de lo que no se habla, no existe". O eso creen ellos...</p><p>Bien, a pesar del intento por recordar nuestro último abrazo, ese del que no me hubiera separado jamás, ese en el que te hubiera entregado tiempo de mi vida, te hubiese acariciado el pelo, tus labios, tus manos, ese momento en el que me moriría si supiera que iba a ser el de la despedida, el último momento de nuestro estar...</p><p>Es tristeza, que no se confunda, es mi falta, mi ahogo en silencio, los momentos que me resisto a convertir en recuerdos, la negación consciente de un final injusto, mi soledad sin tí, mi no quiero más sin tí...</p><p>Quizás hoy sea el día en el que deba dejar de decile a la gente que estoy bien y comenzar a decir: "lo estoy intentando y lo conseguiré. Siéntate conmigo y deja que te cuente cuánto me duele, déjame enseñarte mi herida, deja que llore, que grite, que eche fuera la pena, que ordene mis recuerdos, que me libere de este peso. Ayúdame a pasar este terrible duelo en tu compañía, no me calles, no me digas frases típicas, simplemente cállate y escucha. Esa es la única manera en la que me podrás ayudar, y así podré "curarme" y volver a ser yo, pero sin volver a ser la misma. </p><p>Buena noche.</p>milpalabras8.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/07343969013442638538noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2846615205951069421.post-74620051455039531282022-05-01T23:26:00.008+02:002023-09-20T23:56:11.072+02:00LO SIENTO POR ELLA<p> Llevo semanas hablándole de tí a una persona a la que "no le hago daño". No te preocupes, se lo he preguntado y me ha respondido con calma y quietud que puedo soltar lastre, que hay muchas "vidas" que llevo a cuestas, que hay mucho fondo en el trastero, que tenemos que ordenar el armario, guardar lo imprescindible en los cajones y vaciar lo que ocupa lugar y sólo produce dolor. Sigo tropezando contigo en cada respiración, en cada sonido, en cada imagen, sin encontrarte jamás en mis sueños. No sé por qué te escondes, o quizás , como dice "mi ayudante", por qué te bloqueo, al igual que lo hago con las preguntas que puedan hacer que mis ojos se nublen. Esta tarde empecé a soñarte, apareciste en el prólogo de mi cansancio y rápidamente me desperté; !!no puedes aparecer así sin avisar, aún no estoy preparada porque sé que no me vas a dar respuestas, no puedo dejarte pasar para que revuelvas mi corazón y te vayas sin más otra vez!!. Además, hoy no es un buen día, ¿sabes?, es el Día de la Madre, la celebración de las colonias anunciadas, de las joyas regaladas con falsedad, de las flores cortadas de la mata viva. Mal día tengo, lo único bueno de hoy, la comida con mis hijos y amén de esto, de lo malo, mucho. Me he acordado de tu madre, de cómo se sentiría hoy, he intentado sentir su dolor; lo sé, es un pensamiento un poco sádico, pero también lo son las flores de plástico puestas en la tumba de un hijo con una lápida sin nombre, sin fecha de nacimiento, sin la de su final, y eso no lo perdono, sea madre, hijo o cualquier otra persona. Ya sé que tú no le darías importancia, nunca te sentiste querido por ella, y mira que hablamos de rencores, de olvidos, de la guitarra estampada contra la silla, de la cruel decisión de dejarte solo en aquella ciudad para satisfacer el ego de una madre que sólo quería presumir de clase, la que no quería tu bienestar y sólo ansiaba tener un hijo licenciado formado en la cuna de.... Y no soporto recordar mis palabras para apaciguar tu rencor hacia todo aquello, me repugna haber frenado tu lengua prolija cuando me contabas las barbaridades que pasaste en tu casa siendo niño, tenía que haber asentido con mi cabeza, alzar mi voz con la tuya, tenía que haberte dicho: "sí señor, tienes toda la razón para no querer compartir con ellos ni el aire de una habitación". Unas flores de plástico a un hijo, a un hermano, a un sobrino, a un primo, una lápida sin nombre...no los perdono, jamás.</p><p>Pero bueno, allá cada quién, como tú decías. Siguiendo con el armario y el orden, quería contarte que lo estoy intentando, que pongo mucho de mi parte para convertirte en una capa de seda, suave, liviana, agradable y envolvente, para sentirte viento, mar, lluvia, luz. Cada mañana me prometo que será distinta a la anterior, que el agua sólo caerá del cielo o de la ducha y no de mis ojos, aunque no soy capaz de abrir ciertas páginas, pero que lo intento, de verdad. Y que el telón de acero sé que debe volverse más endeble, menos pesado, más transparente, para que pueda entrar aire no viciado, luz natural, la sonrisa que tanto te gustaba y la carcajada que buscabas. Estoy intentando abrir cada cajón, volcarlo en el suelo y deshacerme de todo lo que me hace daño desde hace tiempo. A veces me sorprendo intentando esconder algo, lo agacho hábilmente, para darme cuenta más tarde de que eso no sirve, no ayuda, no cura. Pero hay muchos cajones, muchos huecos que ordenar y necesito mi tiempo, ya sabes que cada vez estoy más torpe y cuando me golpeo con la esquina de uno, lo cierro con rabia e ira. Y tropiezo mucho, creo que muchas veces de forma intencionada para cerrarlo y no vaciarlo, por lo menos hoy no, no con tanta prisa, ya veremos mañana.</p><p>Puede ser que haya sido un poco brusca con mis palabras hacia "los tuyos", pero no me arrepiento. Eras luz cuando ellos sólo veían sombra, eras agua cuando te sentían estéril, eras risa disfrazada de miradas matadoras, amor del verbo amar cuando pensabas en alto, calor cuando agarrabas mi mano y eso ellos no lo sabían. Nunca te conocieron y ya nunca lo harán, cosa que sé que agradeces, y yo también. </p><p>Un día me dijiste que te hubiese encantado tener una madre como lo era yo con mis hijos, haber recibido lo que yo les di, ser como ellos. Lo has hecho Juancho, a ellos los quiero con locura para siempre jamás, y a tí también te han querido. Lo siento por tu madre, y más en este día, pero ella, y los que tú y yo sabemos, perdieron a su hermano mayor, ql que nunca supieron comprender, cuidar y querer. Pero yo y mis hijos serán siempre tu familia, así te sentimos para siempre.</p><p>Buena noche al resto del mundo. </p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p>milpalabras8.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/07343969013442638538noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2846615205951069421.post-32822614277610728322022-02-24T22:01:00.011+01:002023-09-20T23:40:52.885+02:00BARNIZ DE POLIURETANO<p> Cuando pierdes a alguien muy importante en tu vida, es frecuente que muchos crean que te has vuelto loca, que"estás fatal de la cabeza". Yo, como siempre y por llevarles la contraria, no lo tengo tan claro. Me declaro atea redomada, no creo en la resurrección, ni en un cielo tangible en el que voy a encontrar a los míos. No creo en un más allá, ni en un más aquí, si tal, en un hasta siempre, quizás. Creo que toda pérdida necesita ser procesada de la forma en la que cada uno decida, y la mía me está costando, lo reconozco. No hablaré de pena, ya que sólo me genera pena y más pena. Y claro, esto debes ocultarlo porque si no lo haces los tuyos sufren por tí y te dan sermones de cómo debes de tomarte lo sucedido, te repiten que no pienses más en el cómo, que ya han pasado siete meses, para ellos suficiente tiempo para que vuelvas a reírte a carcajadas, que te cojas una "moña", que la vida hay que vivirla y no mirar hacia atrás. UNA MIERDA, así de textual. Han pasado siete meses en los que no hubo ni un solo día en el que no lo haya tenido presente de alguna forma: si escucho música encuentro su canción, si veo algo rosa me acuerdo que él odiaba ese color, si pienso en coger un tren lo imagino sentado en el vagón, si escucho su nombre me giro para ver quién se llama como él, si llueve me acuerdo de lo que le gustaba mojarse, si hace frío lo veo tiritando, si lloro, si lloro, no lo encuentro...</p><p>Hace unos días, en un intento de distraerme, decidí volver a mis manualidades. Me di una vuelta por casa para buscar aquellas pequeñas cosas que fui dejando atrás, aquellos desarreglos que me permitían vivir sin darles la menor importancia. Hice una lista de "entretenimientos" para los siguientes días y anoté todo el material que necesitaba. Me fui a varios centros de bricolaje, de esos en los que la gente lleva carros que parecen autobuses y cargan en ellos las vigas del nuevo edificio que tienen en mente. Es alucinante, estanterías hasta el techo de lo inimaginable, todos acompañados de la parienta y sus hijos chillones subidos a las vigas, que tienes que esquivar con la ligereza que yo ya no tengo. Después de hacer cincuenta pases toreros, pienso que si pruebo con un hula-hop sería capaz de mantenerlo dos vueltas en la cintura gracias a este tipo de centros, y sin gimnasio. Claro que, como mi paciencia está muy al límite, fui directamente a la estantería de los barnices y me puse a buscar en todas las latas la palabra clave: POLIURETANO. Yo que soy muy aficionada al youtube-bricolaje, tenía muy claro que la mezcla que necesitaba llevaba barniz de poliuretano, catalizador y un chorrillo de disolvente , todo a ojo, muy profesional. Me acerqué a un dependiente que estaba explicándole a dos chicos como se aplicaba un barniz en spray (saben echarse espumas, lacas, ceras en peinados imposibles y no saben cómo funciona un spray; el mundo se acaba), y le pregunté orgullosa de mi "sabiduría" dónde podía encontrar el barniz de poliuretano. "Para madera", me dijo. Yo abrí los ojos como platos y le dije: "nooo, por dios, para metal, para rehabilitar unas manillas". El dependiente me miró como si le hubiese pedido un bocadillo de calamares y me respondió que ese barniz no era para metales, que por su dureza se utilizaba para barnizar suelos. Pude decirle vale, pero me pidió el cuerpo decirle que claro, que por su dureza se utilizaba en las manillas, para que no se estropeen con el uso. No sé de dónde saqué esa respuesta tan ágil, pero con la misma, le di las gracias y salí de allí saltando vigas para que no me preguntara quién me había recomendado esa técnica. Volví a casa sin nada de lo que había anotado en mi lista. Al día siguiente me propuse acudir al comercio local, éste no me fallaría. Primero fui a una tienda de bricolaje (más de ciudad pequeña, mis dominios) y directa a la sección de barnices sin parpadear. Allí me di cuenta de que me había dejado las gafas de cerca en casa (las de ver, en lenguaje de mi familia) y que no era posible encontrar la palabra poliuretano porque ya era imposible de por si leer ni una sola letra diminuta de aquellos botes. Y digo yo, si existen teléfonos con números grandes, por qué no hacen botes de barniz con letras grandes, no lo entiendo, de verdad. Me acerqué a un dependiente y le pedí el ansiado barniz. Nada, que no era mi día, me miró cómo si me hubiera metido con su madre y me repitió lo mismo que el del brico-viga. Otra vez decepcionada, hasta me llegué a cuestionar si "el youtubero" se había confundido con el material que yo necesitaba para restaurar mis manillas. Al salir recordé que muy cerca de allí había una tienda-ferretería-mueblería-pinturería-cocinería..., al que había ido en contadas ocasiones, no me preguntéis el por qué tan poco. Entré y eché una mirada al tendido, dependientes atendiendo a los clientes de forma personalizada, me gustó la idea. Esperé a que alguno acabara, cuando desde la caja oí un: !Hola, te puedo ayudar?. Ese timbre de voz me resultó tristemente parecido, no hace falta que explique el por qué...</p><p>Levanté la mirada y lo vi, os juro que su pelo, aquellos ojos, su voz..., qué escalofriante deja vu. Me volvió a repetir !hola!, primero ladeando su cabeza y después sonriendo. Hola, le dije mientras le devolvía la sonrisa tras la mascarilla: "quería barniz de politiano, politureano, polimetano,..". Cerré los ojos y me dije en silencio, "tranquila, sólo se parece, es una coincidencia, lo dirás bien, !!!!POLIURETANO!!!!". Con una sonrisa que se adivinaba tras la mascarilla, salió del mostrador y me llevó a la zona de pinturas. Yo caminaba detrás de él y os lo juro por mi vida, caminaba exactamente igual, esa forma de mover los brazos, su cuerpo delgado y alto, pensé que me estaba volviendo loca, un poco más. Me puso delante de la cara un bote de barniz de poliuretano para madera, le dije que lo quería para metal, y frunció las cejas como él solía hacerlo cuando se le llevaba la contraria. Se puso a leer las minúsculas letras del bote de barniz, cada letra, con tanta calma que se apoyó en una estantería y cruzó las piernas mientras una de sus manos sujetaba el bote y la otra la metía en el bolsillo. No me lo podía creer, era como un clon de él. Quería que siguiese leyendo todos los botes de barniz y pintura de aquella tienda, quería seguir mirándolo, quería seguir allí sin pestañear para no perderme ni un átomo de aquel chico. "No pone nada de aplicar sobre metal, sólo sobre madera, pero puedes llevar un barniz en spray, aunque no es de poliuretano". En ese momento le hubiese comprado una hormigonera con tal de que siguiera hablando conmigo un rato más, pero no tenían hormigoneras a la vista. Le di las gracias y estiró su brazo en forma de reverencia para dejarme pasar delante suya (el mismo gesto que hacía Juan siempre para dejarme pasar, no me lo podía creer). Salí de la tienda sonriente, mantuve la sonrisa hasta llegar a casa, hasta meterme en la ducha y ponerme a llorar con hipo mientras escurría mi espalda sobre los azulejos. Me quedé allí hasta que empecé a toser y ahogarme con el agua que salía de aquella ducha- catarata. </p><p>Me quedé toda la noche pensando en aquel chico y las casualidades. No era él, pero era tan parecido, tenía tanto de él, me recordaba tanto ...</p><p>Prometí volver. Y volví otro día a comprar 100 tornillos, seguía sin haber hormigoneras a la vista. Y volví a llorar. Y después una campana extractora, y unas tijeras de podar... </p><p>Él se va a hartar de verme, acabaré en un calabozo con una denuncia por acoso, pero yo no dejaré de llorar.</p><p>Buena noche.</p>milpalabras8.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/07343969013442638538noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2846615205951069421.post-34102508584974780522021-12-31T11:26:00.009+01:002023-03-19T11:39:25.088+01:002021, TE ODIO2021, te odio. No voy a contaré todo lo que ocurrido este año, no me repetiré, pero si voy a decir cómo me he sentido. Maldito año, me has herido, marcado a fuego un dolor absoluto, has querido llevarme de este mundo, me has separado de los míos, me has impedido arreglar "mis rotos", me has mandado ráfagas de heridas sin dejar que curar la anterior, te has llevado a mi amor, has hecho daño a mis motivos, me has llenado de cicatrices, me has impedido continuar con mi vida...<div><br /><div>2021, no eres un ser vivo, pero has tenido la capacidad destructora de una guerra sin trincheras, sin posibilidad de defensa. Te odio por lo que sigues provocando a día de hoy, te odio porque has tocado a mis hijos, los has asustando, les has hecho llorar, les has impedido vivir como se merecen, les has herido, a mis dos motivos, a lo que más quiero en la vida, a los dos por los que daría la mía.</div><div>2021, maldito seas, ojalá ardas en el infierno. Si fueras persona, sería capaz de desearte todo el dolor asumible, te dejaría en ese límite para que el sufrimiento te durara de forma infinita, me sentaría a ver como te lapidan sin parpadear para no perderme ningún lamento. Sería capaz de acabar contigo sin sentir el más mínimo sentimiento de piedad ni culpa.</div><div>2021, me has roto el corazón en dos, de dos formas salvajes, a traición, dejando en mi mente pensamientos que provocan escozor, que me queman, que me resquebrajan, que me ahogan. Has hecho que cada lugar, nombre, situación, sonido, canción, escalofrío me traiga a la memoria momentos cuyos recuerdos me producen una tristeza tan profunda como el pozo más oscuro.</div><div>2021, te aborrezco, lo haré siempre y para siempre, seguramente hasta el final de mi vida, sin dar posibilidad al olvido para diluir mi pena. </div><div>Y al año que entra, si desear algo vale la pena, sólo le pediría que nos dejaras en paz, que mis motivos se vuelvan intocables, que nos permita recuperarnos del desastre que has provocado en nosotros, que nos dejes respirar, que lo que hoy nos duele tanto mañana nos duela un poco menos menos, que tengamos la vida que ya nos merecemos. Simplemente, déjanos vivir. </div><div>Buena noche.</div></div>milpalabras8.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/07343969013442638538noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2846615205951069421.post-19408196076429834522021-12-04T19:56:00.004+01:002022-03-27T22:28:38.049+02:00HOY<p> Hola mi vida, aquí me tienes, con quiénes tú sabes que no me dejarían venir sola. Estoy dónde jamás hubiese querido estar, dónde mi vida se parte en dos, dónde reposan tus restos, pero no mi amor ni mis recuerdos. Esos están resguardados en un lugar cálido, dónde tú me repetías una y otra vez que se guardaban las cosas bonitas, aquella parte del cerebro que te maravillaba, al que le dedicaste toda tu vida.</p><p>Llevo meses recordando cada momento, desde aquel hola que hizo cruzarnos, cada sonrisa tímida, nuestro primer "te quiero", el primer abrazo, el primer beso en aquel paseo de la playa, ...</p><p>Llevo meses buscándote, porque aunque sé que ya no estás ahí, también sé que te seguiría buscando por la calle en cada persona que se pareciera a tí, como me pasó el otro día, como si esto fuera un mal sueño, y no puedo seguir así porque esto me está matando en vida. Necesito chocar de frente con esta maldita realidad, injusta, cruel y sombría. Pero no estoy sola, mis ellas me acompañan, somos tres me dijo ayer una de ellas, y no es verdad, somos una, aunque yo te amará, Sonia te quisiera y Mar, aunque no te conociera físicamente, sí te apreciaba por todo lo que hiciste por nosotras. Tres mujeres delante de una lápida fría, pero que te llevamos cálidamente para siempre en nuestro corazón.</p><p>Vengo a despedirme de tu cuerpo, lo necesito, mi corazón me lo pide para poder sentirte felíz, para saber que estás en un lugar dónde están los que tú echabas de menos, un lugar con el calor que siempre pedías, sin resol del otoño pero lleno de luz y de música. </p><p>Seguiré siendo la mujer de "Seda y hierro" como me bautizaste, seguro que Antonio Vega estará a tu lado y de acuerdo contigo. </p><p>Tengo que irme, mi vida. Es un hasta luego, nos veremos allá dónde estés, ven a buscarme, no sé si yo sola encontraría el camino.</p><p>No te alejes de mí, no me dejes sola, no te olvides que aquí estaré hasta que me vaya contigo para siempre. Te quiero, pequeñuelo, te espero en mis sueños cada noche, no lo olvides, en diez minutos allí, por favor.</p><p>Vuela alto, mi vida. Besito eterno.</p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p>milpalabras8.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/07343969013442638538noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2846615205951069421.post-81538012675892033242021-11-22T01:28:00.013+01:002023-09-21T00:07:09.914+02:00TE ENCONTRÉ<p> Qué razón tenías cuando decías que aquella persona que tú y yo sabemos era un niñato malcriado y antipático. Seguro que a estas alturas ya te habrías endemoniado conmigo allá en tu cielo por haberme puesto en contacto con él. Sólo quería que me dijera dónde encontrarte, estoy muy cansada de buscarte, de pedir información a personas que no conozco de nada, dándole los mínimos datos, preservando al máximo tu intimidad, tragando lágrimas como mares, colgando el teléfono siempre con amarga tristeza. Esa persona que se encargó de tí cuando te encontraron, arrojó a mi herida puñados de sal que me dolieron como puñaladas, no me permitió llamarle para que me contara qué te había ocurrido, qué tal pasó, saber dónde podía encontrarte para poder despedirme, procesar mi duelo, para que le diera a tu padre una foto tuya reciente, para poder enfrentarme a la realidad que me permita seguir la vida. Me imagino sus palabras: ¿y ésta qué quiere?, ¿pretende llevarse tajada?, será igual que él, ¿por qué aparece ahora?, ¿qué pretende, entrar en la familia?...</p><p>Ruin, no se me ocurre una mejor definición para él. Ojalá no pierda un día a la persona que ama, ojalá no tenga que enterarse por la prensa, ojalá que nadie le niegue la información que necesite para encontrar su cuerpo, ojalá que nadie le bloquee el teléfono cuando sólo necesitaba hablar con él cinco minutos , ojalá que la vida se porte con él cómo lo ha hecho él conmigo, ojalá...</p><p>Sabes, no me arrepiento de haberlo hecho, de haber intentado comunicarme con él, me ha servido para darme cuenta de que realmente tenías razón, que no exagerabas cuando me contabas ciertas cosas que yo intentaba suavizar, cuando te decía que eras poco tolerante y que la visión que tenías era equivocada. Cuanta razón tenías, pequeñuelo.</p><p>Pero sabes, me he cruzado en tu búsqueda con personas buenas que me han ayudado a encontrarte, que me han escuchado, que han mantenido respetuosos silencios mientras les pedía un momento de respiro en el que no podía reprimir el llanto, para retomar de nuevo la conversación cuando me volvía a salir la voz, que me han consolado, que han mostrado la empatía de la que carecen los innombrables familiares que por desgracia te han tocado . Diez minutos tardó la última persona con la que contacté en devolverme la llamada cuando me dijo que intentaría ayudarme, diez minutos para darme las respuestas que yo no encontraba y tu hermano me negó. Tardó más tiempo el malcriado en bloquearme en su teléfono, sin saber lo que necesitaba de él, que en contestarme un ser humano desconocido.</p><p>Y ahora sé dónde descansa tu cuerpo, y podré ir a despedirme para cerrar un duelo que me está matando. Seguirás siempre a mi lado, me lo prometiste, recuérdalo. Te seguiré esperando "dentro de diez minutos en mi sueño" y no habrá pandemia que nos separe jamás. </p><p>Te seguiré buscando cada noche en la luna o en la estrella más brillante y te mandaré un beso. Y cuando la noche esté nublada, te soñaré. </p><p>No voy a contar más, no quiero decir nada que sea inhumano, no voy a desear lo que se merece, porque sería una mala persona, como él lo ha sido conmigo . Espero que la vida le sonría y que sea muy felíz, tanto como lo hizo él conmigo. Ahora ya no estás, ya no les molestarás jamás, podrán borrar tu nombre de sus vidas y disfrutar de lo que ignoraban que ya habías rechazado en vida. Larga vida les dé el destino y que sea tan oscura como cada una de mis noches.</p><p>Te quiero para siempre, mi vida. Besito, pequeñuelo.</p><p>Buena noche al resto del mundo.</p>milpalabras8.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/07343969013442638538noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2846615205951069421.post-89357972924636297272021-11-07T03:47:00.003+01:002022-12-01T17:57:37.667+01:00SÍNDROME DEL CORAZÓN ROTO<p> Existen los corazones rotos, de verdad, no es una frase hecha ni un párrafo de novela de amor. Existe un síndrome cardíaco llamado síndrome de Tako Tsubo, "síndrome del corazón roto", "síndrome del corazón roto por la pena", en el que el miocardio de estas personas se vuelve hipocinético e incluso acinético por un dolor emocional inasumible. </p><p>Si tuviéramos un baremador de dolor emocional, seguramente en uno de sus extremos estaría el fallecimiento de alguien al que se quiere, o como decía una persona a la que conocía, a la persona a la que se ama, que es la mayor expresión verbal del amor, es el querer hasta dónde ya no se puede más.</p><p>Volviendo al tema, para diagnosticar el síndrome de Tako Tsubo, no sólo hay que atender a la clínica del paciente, hay que tener la avidez por entrar en su mundo menos evidente, aquel que esconde en su parte emocional. Y es que muchos pacientes se guardan ese dolor, callan la pena por la muerte de un ser querido, aunque se den cuenta de que esa muerte y esa pena les ha roto el corazón. E incluso algunos piensan que ese dolor en el pecho es debido al proceso por el que están pasando, y por lo tanto es algo que pasará. Y a veces pasa, otras veces no, y entonces se les rompe el corazón y fallecen.</p><p>Hace unos meses perdí a una persona a la que amaba, en una situación que hizo que durante un mes lo buscara de todas las formas posibles, aumentando en cada silencio mi angustia, mi miedo a algo terrible. Aquel día me levanté y tuve un presentimiento que rumié todo el día hasta que me atreví a hacerme caso. Y lo que presentí era lo que nunca quise encontrar.</p><p>Los siguientes días fueron de un luto contenido, de llorar a escondidas, de tragar muchas lágrimas y de no hablar de todo el dolor que mi cuerpo estaba experimentando, pensando que así haría creer a mi gente que simplemente tenía que gestionar mi dolor y que para ello debía de hacerlo yo sola. Y me confundí, debí buscar aquel número de teléfono y hablar con su hermano de muchas cosas que desconocía de él, quizás haber conducido hasta Orense para decirles a sus padres que su hijo no tenía la coraza impenetrable que intentaba demostrar. Debí acercarme a dónde reposa para despedirme de él, y para hacer lo que él me repetía una y otra vez, que guardase todos los recuerdos en la amígdala, esa parte del cerebro que le maravillaba y a la que consideraba el archivo de la vida.</p><p>Durante este reciente periodo recibí otra mala noticia sobre mi salud, noticia que ignoré porque estaba sufriendo un dolor mayor. Todo ello me llevó una mañana a una situación extrema que acabó por provocarme un Síndrome de Tako Tsubo, es decir, tenía el corazón roto por no querer expresar mi duelo interior. Y no pensé en mí gente y en lo que supondría para ellos dejarme ir por alguien que ya no estaba y que no va a volver por mucho que a mí me duela.</p><p>He escrito todo esto para que no hagáis lo que yo he hecho, aún desconociendo las consecuencias, el dolor emocional por ésta u otra causa hay que hablarlo sin pudor, expulsarlo fuera de un cuerpo que sólo enfermará si lo hacemos exclusivamente propio. El síndrome de "corazón roto" mata si no se habla de la pena con alguien, no cometáis el mismo error. Gracias Guille (mi hijo) . Buena noche.</p>milpalabras8.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/07343969013442638538noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2846615205951069421.post-46594968697121216912021-09-08T01:25:00.007+02:002022-12-01T18:07:55.728+01:00IN MEMORIAM: DR. JUAN MANUEL OUTOMURO PEREZ<p>El 6 de agosto de 2021 una noticia estremeció a muchos compañeros y pacientes del Servicio de Medicina Nuclear del Hospital Meixoeiro de Vigo. "El Dr. Juan Manuel Outomuro Pérez ha aparecido muerto en su domicilio, tras no presentarse a su puesto de trabajo en los primeros días del mes de Agosto". Continuaba la triste noticia, que debido al disfrute de sus vacaciones durante el mes de Julio, "nadie" había imaginado que había fallecido el mismo día que inició su periodo de descanso estival.</p><p>No voy a hablar más de este triste acontecimiento, lo voy a hacer de lo que ha significado el Dr. Outomuro para sus pacientes, sobre su actividad investigadora pasada y hasta ese momento ingrato, sobre su carrera brillante de Medicina, sobre su Especialidad y su Doctorado, sobre la exquisitez con la que trataba a sus pacientes, sobre el deseo conseguido de trabajar con su amiga Virginia Pubul en el Servicio de Medicina Nuclear del Hospital Clínico de Santiago de Compostela, sobre su estudio sobre la amiloidosis que compartía celosamente con su compañeros Francisco y Ceferino, sobre trabajadores de su servicio a los que respetaba y pedía consejo, como el Dr. Nogueiras, a su amigo de seguridad (no recuerdo su nombre) pero al que me consta que apreciaba, a muchos de vosotros de los que me hablaba y a los que siempre recordaba con cariño y aprecio.</p><p>El Dr. Juan Manuel Outomuro Pérez nació en Orense un 2 de enero de 1968, estudio Bachillerato en un colegio de carácter religioso en su ciudad y se trasladó a Navarra para cursar los estudios de Medicina en la CUN de Pamplona, dónde gestó amistad con compañeros de Farmacia, Química, Derecho,..., y a los que siempre mantenía en su memoria.</p><p>Una vez acabada la carrera de Medicina en Pamplona, se decantó por realizar la especialidad de Medicina Nuclear en la Universidad de Santiago de Compostela, en el antiguo Hospital Xeral en la calle Galeras. Realizó su Doctorado, dedicando su tesis doctoral a sus padres (ambos ejercieron la profesión de docentes durante su vida profesional), la cual fue calificada como Cum Laude, máxima calificación posible en el Doctorado.</p><p>Poco tiempo después, se desplazó a Vigo para trabajar en el Servicio de Medicina Nuclear, que en esos momentos dependía del MEDTEC, hoy en día llamado GALARIA. Ejerció su profesión con dedicación y entrega a sus pacientes. Una de ellas se llamaba "Martita" (así la llamaba con cariño por su corta edad), una niña a la que trató de una patología muy dura hasta su curación y la cual, por agradecimiento le realizó un cuadro que él conservaba en una de las paredes de su casa. El Dr. Outomuro, al enterarse que Martita quería ser médico, le regaló un fonendoscopio, le emocionaba mucho saber que la profesión que había elegido Martita había estado influida por lo que había visto en él como profesional. </p><p>Su compañero inseparable, su amigo Fran, al que apodó con el nombre de "Mycroft", ambos enamorados del personaje de Sherlock Holmes y sus historias. </p><p>Era un médico distinto a todos, entraba en la sala de exploración para tener contacto visual directo con sus pacientes, haciendo menos angustiosa la espera entre y durante las exploraciones. Siempre entregaba el número de teléfono del servicio a sus pacientes, por si tenían alguna duda. Siempre los tenía en mente, siempre estaba para todos.</p><p>Le apasionaba la Neurología, era tremendamente meticuloso en sus estudios, por lo que además obtuvo el Premio Cádiz por su trabajo sobre la SPECT cerebral en la localización del origen de las crisis epilépticas. También realizó trabajos de investigación gammagráfica en Nefrología,...</p><p>El Dr. Outomuro era un apasionado, un enamorado de la música, un perfecto melómano que adoraba el sonido de la guitarra y del piano, los cuales tocaba magistralmente. Una enorme colección de guitarras y sus dos pianos eran sus objetos más preciados. Otra afición que le apasionaba, el tenis y en concreto, el revés de su idolatrado Federer.</p><p>A pesar de ser un gran ser humano que adoraba la soledad buscada, siempre encontraba un tiempo para visitar a sus padres. Contaba que disfrutaba con el "vermut" que compartía con su padre antes de la comida, cuando el tiempo climático y la salud lo permitía. Lo describía alto y guapo como un actor de Hollywood. Me consta su admiración.</p><p>Había conseguido el traslado al CHUS junto a su amiga Virginia, compañera de la que siempre hablaba con mucho aprecio. Ese traslado era su mayor ilusión, su sueño desde hace muchos años, que por desgracia quedó en eso, sólo un sueño.</p><p>Estoy segura de que muchos compañeros y amigos suyos, se emocionarán al leer estas palabras, otros no, allá sus conciencias. El Dr. Outomuro se merecía unas palabras de despedida, quizás no escrita por mí, igual debería haberle dedicado unas palabras su jefe de servicio, sus superiores, hubiera sido un bonito homenaje por su parte hacia el compañero que han perdido. Valgan mis palabras para agradecerle su paso por esta vida. Descanse en paz, Dr. Outomuro. </p>milpalabras8.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/07343969013442638538noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-2846615205951069421.post-16680562443776364482021-09-01T00:21:00.013+02:002023-03-19T00:39:34.371+01:00JUANCHO<p>La Plaza de Las Aspas, le pusimos el nombre aquel día, y quedó bautizada para siempre con nuestro primer abrazo. Tus manos, la forma de expresarte con ellas, como me gustaba meterme contigo y con tus labios, parecían perfilados. El color de tus ojos que cambiaba con el día, siempre mar en calma o tormentosos. El paseo de madera por el que caminamos aquella noche mientras temblabas de frío. El olor a tu casa, el sillón de las confesiones dónde te contaba mi historia, dónde intentaba conocer la tuya, hasta conseguir que te abrieras y lanzaras tus diablos al aire. Decías que conocerme te había hecho mejor persona, más yo creo que nos ayudó a ambos a sanar muchas heridas. La adoración por mis hijos, lo orgulloso que estabas de ellos, como si fueran tuyos los tratabas, y en parte, con el tiempo los volviste tuyos. El amor incondicional, como esquivaba tu mirada cuando me mirabas a los ojos fijamente, tu deporte favorito decías. Los tropezones de ambos por la calle, nos valía cualquier baldosa, cualquier esquina, cualquier borde..., qué torpe en todos los sentidos me has dejado, Juancho.</p><p>Como mirabas mis manos delgadas y como te decía que era lo más íntimo de mí, mis manos, tus manos. Los "picardías" a media noche en la mesa de aquel bar, siempre la misma, con aquel punto simpático que nos daba el segundo, una risa tonta imposible de parar. Las largas conversaciones en nuestro pub tranquilo, mientras gesticulabas cada nota sobre la mesa como si de tu piano se tratara, hasta que cerraban las puertas y nos echaban. La cena en el faro, el intento de escuchar música en aquel tugurio de carretera, lo que nos reímos aquella noche y lo que me dolía el tobillo después de calzar el pie en aquellas rocas. Los desayunos americanos largos, casi eternos, las mañanas interminables, la delicadeza para conmigo. Tu ayuda hacia Gabri, no tendré vida suficiente para agradecértelo, el regalo de tu mejor guitarra a Guille, tu "jazmine", lo que les dejaste tan metido en la piel, tan grabado en sus memorias.</p><p> Las tardes en aquel lugar de los barriles, dónde nos contábamos la vida, las "quedadas" con Sonia, tu Lauren Bacall. Tu paciencia con mis problemas de salud, cuando me pedías calma para encontrar el diagnóstico y estoicamente aguantabas mis chorretones de impotencia. Las lágrimas de miedo que convertías en risas de forma mágica. Las largas conversaciones al teléfono, horas seguidas hablando de cualquier cosa con tal de que aquello no acabara nunca, charlas en las que tres horas eran pocas para decirnos todo lo que teníamos que contarnos, todo lo que queríamos hacer juntos, todo lo que deseábamos... Tus visitas al hospital, el acompañamiento al peregrinaje de médicos, las camisetas que les regalaste a mis hijos y que guardan como una reliquia. La mano que le diste a Gabri durante aquella resonancia para que no perdiera el control. Cuando me llamaste idiota porque te dije que me iba a morir y me prohibiste que te dejara sólo. "Jamás vuelvas a decir eso", me dijiste enfadado. Las veces que te insistía en que no podías tener tú sólo las llaves de casa, te repetí hasta la saciedad que le dejaras una copia a alguien, que tuvieras el teléfono cerca, por si te caías, por si me necesitabas, por si ocurría algo terrible, por si...</p><p>Cuando me llamabas porque sabías que salía a caminar sola y tenías miedo de que alguien me hiciera daño. Y me hablabas desde la puerta de casa, durante todo el camino hasta que oías las llaves abriendo el portal. Ahí te despedías, ya estaba a salvo. Mi ángel.</p><p>La lucha para que acudieras al médico a consultar ese malestar, que de seguro estaba anunciando este fatal desenlace, no lo sé, ya no sé qué pensar. ¿Por qué no me hiciste caso?. Las llamadas no respondidas, los "wases" huérfanos, los correos de los que no obtenía respuesta, el nerviosismo que aumentaba cada día. La mañana que intenté entrar en tu historia y me eché atrás por respetar tu intimidad, ese día hubiese leído que ya no estabas, eso que tanto temía, eso que me rondaba por dentro, eso que sospechaba sin querer pensarlo ...</p><p>Tu ilusión por haber conseguido la plaza anhelada en Santiago, los proyectos que teníamos juntos, planeábamos los fines de semana en tu querida Coruña paseando por las calles de las que siempre me hablabas, las ganas de que te acompañara a un balneario a descansar, querías que descansara, que desconectara de todo, y mi insistencia en que me acompañaras a aquel viaje ahora imposible, el que ya no quiero hacer sin tí... </p><p>Tus ojos verde mar, que hermosos eran, el hotel de Villabajo, tu casa ofrecida para mi descanso cuando ya no podía más, las notas que te dejaba de agradecimiento, tu cabeza saliendo a saltos entre las personas que esperaban en la estación del tren a alguien, tu sonrisa cuando me veías aparecer y pasaba de largo como si no te conociera, como me gustaba aquella sonrisa... Las comidas, las cenas, la boda en La Toja dónde me caí, otra vez más, mientras tú conversabas con el camarero de cosas efímeras. Te confundiste con la hora de la boda, y mis risas al verme vencida por aquellos tacones, y tu olvido. Tu amigo y su mujer, tus compañeros... La caminata descalza por la carretera de hierbas picajosas, con las sandalias en la mano y como le contaste a aquel taxista que era una patosa terriblemente adorable, pero hermosa, añadió él. Aquella canción de los Primitives que tarareabas en la piscina mientras bailábamos en el agua sin importarnos que la gente nos mirara, siempre sonriendo, cómo nos gustaba hacer el tonto, cómo te echo de menos. Cuando nos tumbamos en el borde de la piscina mirando al cielo, tu cielo ahora y te decía que no quería que llegara el lunes, queríamos que se parará el tiempo. Aquella compra solidaria en el supermercado que quisiste pagar y no te permití. Las veces que te reñía por tener la nevera vacía y por no comer de una forma sana, eso me desesperaba. Los cartones de tabaco en la cocina y el magnesio, eso nunca te faltaba. La adoración por el tenis, tu Federer, imposible de criticar. Tu rincón en la playa secreta, a la que nunca llegamos juntos, no nos dio tiempo... El trabajo de investigación sobre la amiloidosis, Fran, Ceferino, Nogueiras... </p><p>La manía que le tenías a tu jefe y jefa de departamento, te irritaban hasta la desesperación, hasta yo odiaba el sentimiento que generaban en tí. La tarde que compartiste conmigo la habitación blindada en el PET, aún sabiendo que te estabas radiando, mientras agarrabas mi mano para que no tuviese miedo.</p><p> Nuestros múltiples enfados, nuestros días sin hablarnos, hasta que uno de los dos cedía y acabábamos siendo nuevamente amigos y diciéndonos que no habría más discusiones ese mes, que no podíamos perder el tiempo. La difícil relación con tus hermanos, la lejanía que creías tener con tu madre y las veces que te dije que hicieras las paces, que la vida es muy corta, y que al final te das cuenta que el odio, la manía, el rencor son sentimientos que no llevan a nada, que sólo son un falso desahogo.</p><p>El taxí que cogíamos siempre en la misma esquina, siempre lloviendo, corriendo y riendo. Tu manía incorregible de cruzar los semáforos en rojo, los paseos del ganchete como dos viejos, tu ilusión por enseñarme la zona vieja de la ciudad, tus pasos, tu mano agarrándome suavemente, cuando hablábamos de cómo sería nuestra vejez...</p><p>Me dijiste que querías envejecer a mi lado, hubiese sido un sueño, sólo fue un sueño...</p><p>Las conversaciones en la terraza de los gatos, mirándonos, oyéndonos, viviéndonos.</p><p>Las entradas en aquella librería, los viajes a las tiendas de discos, las cenas que acababan con conciertos en directo...</p><p>Tus guitarras, tus pianos, el ukelele que querías regalarle a Guille, el violín que siempre envidié... El piano de cola que acariciabas con tanta delicadeza y que sólo permitías que yo tocara, el piano que dejó de sonar a tu lado, el que vivió tu final, sobre el que quedó la partitura inacabada. Me duele tanto Juancho, ...</p><p>El día que lloraste porque te sentiste enfermo, tenías miedo y yo no podía acercarme. El maldito confinamiento que me impedía coger el coche para estar a tu lado, como tú lo habías hecho con Gabri y conmigo en el tiempo infernal.</p><p>Tu tío el cura, que habrá oficiado tu funeral, ese que no quisimos jamás... Tu padre, siempre estabas preocupado por sus problemas de salud, las veces que te dije que hablaras con su médico, de médico a médico, pero te empeñabas en ser el hijo del paciente.</p><p>El cordón umbilical que no eras capaz de cortar con tu exmujer, la extraña amistad con tu amiga pintora tóxica a la que yo no soportaba, tu amiga Emilia ,el ser de todos y para todos siempre.</p><p>La tienda de música dónde entrabas como si fuera tu casa, dónde probabas todas las guitarras y pianos a tu antojo. Tu acústica, la que le regalaste a Guille con todo el cariño, la ilusión que tenías por enseñarle a tocar como tú lo hacías, tan sublime, tan hermoso. Hubiese sido estupendo, mi vida. Un deseo mutuo, una ilusión compartida. Y lo conseguiste, sus dedos son como los tuyos, toca con el corazón sintiendo, me provoca un escalofrío de emoción, quiero oírte en sus manos...</p><p>Tu ausencia, las lágrimas que has provocado en G&G, como llamabas a mis dos motivos, el desconsuelo que les has dejado, la tristeza en sus miradas y los abrazos mutuos que necesitamos, el oírles decir que te echan de menos, la injusticia de lo que ha pasado. Las lágrimas nocturnas de Guille mientras escucha vídeos de guitarra, el agarrarle la mano para que su sufrimiento pase a mí y aliviarlo. Las lágrimas calladas de Gabri, ... Todo me mata.</p><p>Te dije mil veces que no te alejaras demasiado de mí, te lo pedí por favor, te lo hice prometer y ahora el vacío que has dejado en mi vida es tan enorme que no encuentro paz. Pienso en como ocurrió y me desespero, necesito respuestas, saber si te fuiste sin sufrimiento, si no llegaste a alcanzar el móvil, si me susurraste, si hubiese podido evitar tu muerte. Un mes "buscándote" y tú ya no estabas, ya te habías ido. Un mes en el suelo, apoyado en tu sillón, aquel en el que nos pasábamos horas hablando y abrazados. Y tuvo que ser en casa, tú solo, maldita vida; ¿por qué no ocurrió en el trabajo?, ¿por qué ese Dios no te dio la oportunidad de salvarte?, ¿por qué no te llamé cinco minutos antes?, ¿por qué tuve esa corazonada tan tarde?. No hay respuestas, ya no las hay...</p><p>Creo que el resto de la historia sobra, no hace falta hablar de cómo me siento, del proceso en el que me encuentro sumergida, de muchas cosas que quiero recordar, pero las dejaremos para nosotros dos, para nuestro sueño, para esta noche ... </p><p>Esta entrada se la debía a una persona a la que quise con toda mi alma, a mi vida, a mi amor. Quería encontrar el momento en el que mi corazón y mi cerebro se pusieran en sintonía para poder escribir sin que necesariamente se rompieran en pedazos alguno de los dos. Allá dónde estés, mi querido pequeñuelo, encuentres la paz. Te quiero todo lo querible, por siempre y para siempre. Besito mi vida. </p><p>Buena noche.</p><p>Buena noche a todos.</p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p>milpalabras8.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/07343969013442638538noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2846615205951069421.post-41681515930166872702021-07-14T00:01:00.002+02:002022-12-01T18:11:21.068+01:00ELI SE LO MERECEHoy es el día de mi amiga Eli. Decir que me siento orgullosa de ella es poco. Con cuánto miedo he trabajado hoy, mi cabeza con mis pacientes y con ella, he tragado saliva mientras miraba el reloj de reojo, tratando no imaginar en qué momento del acto se encontraba. <div>Recibí el mensaje de su hermana a las 11:53h y no pude evitar susurrar un !!!!bien!!!.</div><div>Estaba deseando acabar el trabajo para ir a abrazarla, para sentarme un rato con su hermana y tener una charla terapéutica, de esas que necesitas más tú que ella (y es cierto, era pura necesidad para ambas).</div><div>Mi querida Eli estaba dormida, fantástica como siempre, parecía que nada había pasado. Le toqué el brazo y abrió los ojos como quién se levanta un domingo cualquiera. Las dos recorrimos nuestros brazos hasta agarrarnos la mano, aún ahora no sé quién sujetaba a quién. Me dijo que no quería llorar y le aseguré que si ella lo hacía, yo no sería capaz de evitar mis lágrimas, emoción compartida.</div><div>Y pasó lo que tuvo que pasar, que en medio minuto nos reímos, ella físicamente dolorida, yo moralmente tocada. Hasta ahora no lo he dicho, pero es que Eli es mi amiga, mi hermana, mi necesidad de tenerla cerca en nuestros buenos y en los malos momentos, desde hace años, desde siempre. Con Eli he compartido felicidades enormes, tristezas infinitas, carcajadas inolvidables, amigos para siempre, silencios a gritos.</div><div>No, no quería que se quedara sola esperando, casi necesitaba más yo acompañarla, que ella aguantarme al lado de su cama. </div><div>Sé que a veces tengo un carácter aparentemente duro, y aún siendo mantequilla derretida, necesito trasmitirle fuerza, soplarle en su alma para que saque de su interior la energía que va a necesitar en los siguientes meses.</div><div>¿Y sabes, Eli?, puedes apoyarte en mí siempre que necesites un empuje, cuando necesites hablar, llorar, gritar o reír, sabes que aquí estaré, queda escrito, lo prometo, te lo juro amiga.</div><div>Mañana iré a cogerte de la mano de nuevo, sé que tienes muchas manos a las que agarrarte, pero la mía será una más, casi por puro egoísmo, porque yo también lo necesito y sentir esa seguridad.</div><div>Descansa, mi querida amiga, el paso que has dado hoy ha sido gigantesco, lo que queda será también duro, pero entre todos te vamos a llevar en volandas hasta una vida bonita, que es lo que te mereces.</div><div>Buena noche amiga, buena noche hermana.</div><div><br /></div><div><br /></div>milpalabras8.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/07343969013442638538noreply@blogger.com0Villagarcía de Arosa, Pontevedra, España42.5986025 -8.737103916.871358852560526 -43.8933539 68.325846147439478 26.4191461tag:blogger.com,1999:blog-2846615205951069421.post-70764137193282585282021-06-20T21:07:00.001+02:002022-12-01T18:15:40.966+01:00HAY SEMANAS VENENO<p> Lleva toda la semana lloviendo sin parar, por dentro y por fuera de mí, huracanes de viento que hacen volar los olores que me acercaban a los recuerdos, agua que no limpia, sólo ahoga. Lleva toda la semana llegando noticias de penas, de amigas rotas que se recomponen delante de mí, sin darse cuenta de que la que traga lágrimas de tristeza es la otra, la que apoya la cabeza sobre sus brazos doblados, la que las escucha e intenta sacarles la sonrisa más linda. Lleva toda la semana rondándome la cabeza un "morcego negro", de esos que esquivan los trompazos que me como yo, !malditos bichos!, así se os averíe el radar y os estampéis contra una roca, de granito, radiactiva, y con pinchos, ya por pedir, que no sea...</p><p>Lleva toda la semana rondándome en la cabeza la idea de escribir una verdad de esas que valen por mil mentiras, de lanzar una flecha con fuego directa al destino, de aporrear la puerta del vecino inexistente, de meterle los dedos en los ojos al maquiavélico demonio, de cerrar la ventana tan de golpe que le pille los dedos para que sepa lo que duelen los arañazos invisibles.</p><p>Llevo una semana siendo Blancanieves, los enanos, el príncipe y la bruja, todos los personajes a la vez, según la hora del día puedo ofrecer una manzana envenenada a la indiferencia, pensar en besar de forma apasionada hasta volver al príncipe azul, ser la dulce fregona del castillo o volverme muda, dormilona, gruñona,,,,. todos ellos, menos felíz, que repelús me daba de pequeña esa sonrisa perpetua...</p><p>Llevo una semana en la que quiero retar, abofetear, acariciar, tropezar y levantarme con estilo, quiero llorar, reír, soñar, irme a Venecia y arrojar al gondolero al canal para desterrar el amor, quiero comer fresas con champán sin glamur y en zapatillas de casa, ir a la playa y bañarme desnuda para "lavar" mis malas vibras, subir a una montaña (o que me suban, estoy harta de hacerlo yo todo) para pegar tres gritos y quedarme como un globo deshinchado. </p><p>Llevo una semana de luces y sombras, más de estas últimas que parecen pegarse a mi piel con pegamento, coño, que aburrimiento, que hastío, que sombras más negras...</p><p>Mañana empieza una nueva semana, y aviso al destino: hasta ahora te he permitido hacer conmigo un saco sin fondo, una consentidora, un buzón de voluntades, un charco de barro, un lo que te diese la gana, pero se acabó. En cuantito llegue la medianoche, todo aquello que dejé aparcado hace tiempo por no sentirme capaz, se pondrá en marcha y que tiemble el mundo. Podré con más o menos, no lo sé, pero que cada cosa se pondrá en su sitio, eso seguro. Buena noche a todos, o a casi todos..., repelente.</p>milpalabras8.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/07343969013442638538noreply@blogger.com0